Después de semanas sin cogerle el teléfono, Pedro Sánchez ha acabado cediendo. El presidente en funciones y candidato a la investidura llamará la semana que viene al president Quim Torra, así como al resto de presidentes autonómicos, en el marco de sus negociaciones para la investidura. Así lo ha anunciado después de recibir el encargo del Rey para intentar formar gobierno. Este gesto se produce después de que, en las reuniones entre los equipos del PSOE y ERC, hayan empezado a hablar de "reconocimiento institucional mutuo". Sobre estas conversaciones, ha pedido discreción, pero ha agradecido a los republicanos su "actitud".

En su comparecencia al volver de La Zarzuela, el dirigente socialista ha hecho varios anuncios. En primer lugar, que el lunes se reunirá tanto con Pablo Casado como con Inés Arrimadas en el Congreso de los Diputados. En segundo lugar, que la portavoz del PSOE en la cámara baja, Adriana Lastra, se reunirá "con todos los partidos políticos para ver si podemos encontrar una mayoría parlamentaria". Fuentes de La Moncloa precisan que "todos es todos", hecho que incluiría a Vox, la CUP o EH Bildu.

En paralelo, Pedro Sánchez ha adelantado que a partir de la semana que viene llamará a todos los presidentes autonómicos, así como a los dirigentes de entidades municipalistas, "para compartir el deseo de la mayoría de españoles de poder contar con un gobierno cuanto antes mejor que ponga propuestas y soluciones a muchos problemas".

Esta ronda de contactos con los presidentes autonómicos es insólita. Normalmente este tipo de conversaciones tienen lugar una vez un presidente ha sido investido, no mientras está intentando conseguir los apoyos a la investidura. Pero hacía tiempo que el president Quim Torra le pedía una llamada de teléfono, después de varios intentos fallidos. Ahora Sánchez, que depende del independentismo, ha tenido que inventarse una ronda exprés de llamadas con todos los presidentes para poder hablar con el president de la Generalitat.

Agradece la actitud de ERC

Preguntado sobre las negociaciones con ERC, el candidato a la investidura ha evitado entrar en el contenido. Eso sí, ha querido agradecer "la actitud que están teniendo" los republicanos y ha subrayado que "estamos avanzando". En este sentido, ha señalado que "si queremos que las negociaciones culminen con éxito, y este es el ánimo, debemos ser suficientemente discretos". Ha garantizado una vez más que "el acuerdo será público y amparado por el marco constitucional".

En su comparecencia, el presidente en funciones ha defendido que quiere formar un gobierno "de orientación claramente progresista", una orientación que se vería "reforzada por el acuerdo de coalición" con Unidas Podemos, pero también un gobierno con "un espíritu rotundamente dialogante con todas las fuerzas políticas".

"España tiene que avanzar", ha insistido el dirigente socialista, que ha reclamado que "todo el mundo ponga de su parte". En esta línea, ha subrayado que España tiene muchos retos por delante, más allá del conflicto en Catalunya, que "no pueden esperar más tiempo". Según Sánchez, este es el mandato que le dieron las urnas tanto el 28-A como el 10-N.