Al cabo de nueve días de estallar el escándalo del CatalanGate, por fin ha hablado Pedro Sánchez. Pero el presidente del Gobierno no se ha movido del argumentario propagado durante los últimos de La Moncloa. A pregunta del republicano Gabriel Rufián, durante la sesión de control en el Congreso de los Diputados, el dirigente socialista ha reiterado que el CNI siempre ha respetado "escrupulosamente" la ley, ha defendido las iniciativas de "transparencia" puestas en marcha por su ejecutivo y ha apostado por "reconstruir la confianza" con la Generalitat. Pero no ha asumido ninguna responsabilidad. En el otro lado, el portavoz de ERC le ha advertido que pueden acabar retirando su apoyo parlamentario. Todo esto, mientras sigue en el aire el decreto anticrisis que votará la cámara baja este jueves.

En su intervención, Gabriel Rufián ha preguntado al presidente del Gobierno si piensa investigar "el espionaje a periodistas, activistas, abogados y políticos catalanes y vascos". Y le ha interpelado directamente: "La pregunta no es si se ha espiado, se espía o se espiará, sino si esta vez lo ordenaron. Si lo ordenaron, es terriblemente grave. Pero, si no lo ordenaron, es todavía más terriblemente grave, porque significa que no han limpiado sus cloacas. Y cuando no se limpian, se llenan de ratas". En este contexto, el portavoz republicano ha aprovechado para dar un golpe encima de la mesa: si no le gustan sus socios, "tiene una alternativa, el PP, que es de centro, de centro penitenciaría". Y ha advertido que pueden retirar su apoyo: "De momento, pida el teléfono al señor Casero".

En su respuesta, Pedro Sánchez no se ha movido ni un milímetro de lo que ya han expresado sus ministros. "A lo largo de estos últimos días hemos expresado la voluntad de aclarar los hechos y hacerlo con transparencia, con rendición de cuentas y atendiéndonos a la legalidad", ha asegurado el presidente del Gobierno. Ha puesto el ejemplo del control interno abierto en el CNI o la investigación que hará el Defensor del Pueblo. "Vamos a rendir cuentas", se ha comprometido un Sánchez que ha aprovechado para reiterar, una vez más, que "todo lo que se ha hecho desde el CNI se ha hecho atendiéndose escrupolosamente a la ley".

Más allá de esto, Sánchez ha reivindicado el diálogo: "A lo largo de la legislatura, este gobierno, no sólo con palabras, hemos demostrado la firme voluntad de diálogo y de superar la crisis que tuvo momentos difíciles en 2017 y en 2019". En este sentido, el dirigente socialista ha apostado por "reconstruir la confianza" entre las dos partes.

 

Junts señala a Sánchez

Si Pedro Sánchez ha tenido que hacer frente a una pregunta sobre el escándalo de espionaje, la ministra Margarita Robles, máxima responsable política del CNI, ha tenido cinco. La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, le ha instado a investigarlo. "Si no lo hacen, todos ustedes son cómplices (...) Por acción o por omisión, el señor Pedro Sánchez es el máximo responsable del espionaje al independentismo". Nogueras ha asegurado que el CNI es "sólo la punta del iceberg". Por su parte, la diputada cupaire Mireia Vehí ha advertido que "no es un Estado que se pueda llamar democrático" y ha denunciado que "cuando se trata de salvaguardar la unidad de España, todo vale". Y Aitor Esteban (PNV) le ha preguntado "qué se ha hecho de aquella jueza progresista" que era ella y ha denunciado "unos parámetros más dignos de Moscú que de Madrid". Sólo Inés Arrimadas ha cerrado filas con los espías y no con los espiados.

Pero la ministra de Defensa no se ha movido de su argumentario durante los últimos días, tampoco de su tono desafiante. Robles ha instado al independentismo a ir a la comisión de secretos oficiales: "A lo mejor algunos que dan lecciones tendrán que callarse". Y ha reiterado, como todo los ministros y el presidente, que "el gobierno de la nación y sus organismos actúan con arreglo a derecho".