El presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull, se ha comprometido este jueves desde Perpinyà a hacer "todas las gestiones posibles" para garantizar que los estudios en catalán puedan tener continuidad en la Catalunya Nord una vez acabada la escuela. El miembro de Junts ha expresado su intención de trabajar para asegurar que la Bressola pueda abrir un Liceu y permitir a los alumnos que deseen seguir estudiando en catalán una vez acaban la etapa en la escuela, antes no llegan a la universidad. "La Bressola es excelente, pero tiene un agujero que tenemos que ser capaces de afrontar y eso es el Liceu", ha declarado el mandatario.

Rull ha dicho que "queda este agujero de dos años hasta que los alumnos vuelven a recuperar la lengua catalana cuando llegan a la universidad". "Tenemos que ser capaces de cubrir este agujero", ha pedido. El objetivo, expone el miembro de Junts, es "culminar toda la etapa educativa en catalán" y, en este sentido, ha celebrado que el Gobierno se comprometiera a dar recursos a la entidad. "Haber conseguido esta decisión del Congreso de los Diputados es relevante y ahora tenemos que ver cómo se puede aplicar", ha señalado. El presidente del Parlament ha hecho un llamamiento a "remar muy juntos" y ha reconocido que parece "una cosa paradójica" que el Estado ayude a la Bressola y apuesta por "pedir recursos a todas las instituciones", tanto catalanas, como españolas como también de Francia.

Por su parte, el presidente de la Bressola, Guillem Nivet, ha revelado que el Ajuntament de Perpinyà no ha recurrido el fallo judicial del Tribunal de Tolouse que da la razón a la entidad en el conflicto por la adquisición del monasterio donde tiene que ir el Liceu. Si no lo hace en dos semanas la resolución será firme, hecho que les hace ser "optimistas". Ahora bien, la realidad es que el conflicto judicial lleva tiempo atascado a los tribunales, por los constantes recursos del consistorio liderado por el ultraderechista, Louis Aliot. Sin embargo, los miembros de la asociación educativa han identificado "un pequeño cambio" porque el alcalde no ha hecho esfuerzos por impedir que la Bressola acabe adquiriendo el inmueble.

Así pues, desde la Bressola son optimistas, pero Nivet ha querido ser "muy prudente" porque el conflicto no solo se encuentra en la adquisición, sino también en el tira y afloja entre la asociación y el consistorio con respecto a la licencia de obras que han pedido para hacer efectivo el cambio de usos del monasterio. En este caso, el plazo que tiene para negar la licencia el Ajuntament es de cinco meses, pero ya ha pasado uno y tampoco se ha opuesto a que prospere hasta ahora.