El rey de España, Felipe VI, ha situado el Gobierno de la Generalitat "al margen del derecho y la democracia" y ha avalado el Gobierno de Mariano Rajoy para "asegurar la vigencia de la orden constitucional" en Catalunya. 

El jefe del Estado lo ha dicho en un discurso a los españoles a raíz del referéndum de autodeterminación celebrado en Catalunya el pasado domingo. El mensaje del monarca no tiene precedentes desde el protagonizado por su padre, Juan Carlos I, en la noche del golpe de estado del 23 de febrero del 1981.

El Rey se ha mostrado contundente acusando al Ejecutivo catalán de realizar un "intento de apropiación de las instituciones de Catalunya", como consecuencia de una serie de decisiones que "han vulnerado de manera sistemática las normas, demostrando una deslealtad inadmisible con los poderes del Estado", ha denunciado.

Eso habría desembocado, a su parecer, en "una sociedad catalana fracturada y confrontada, despreciando los lazos de afecto y solidaridad que nos han unido y unirán" y poniendo en peligro "la estabilidad económica y social de toda España" con su "comportamiento irresponsable" en una "situación de extrema gravedad".

Por todo ello, el monarca se ha alineado con las tesis del gobierno de Mariano Rajoy anticipando su aval a las medidas que se puedan derivar –como se especula, la aplicación del artículo 155 o la suspensión de Carles Puigdemont y su gobierno o ambas cosas–, tras de una hipotética declaración unilateral de independencia (DUI).

El Rey abre la puerta a medidas drásticas frente a la DUI: "Es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado mantener la vigencia de la Constitución y el Estatut"

"Es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado mantener la vigencia del Estado de derecho y el autogobierno basado en la Constitución y el Estatuto de Autonomía", ha expuesto ante ese intento de "romper la unidad de España, la soberanía nacional y el derecho a decidir de todos ellos". El monarca ha recordado que el Estado democrático "ofrece las vías para que cualquier persona pueda defender sus ideas".

Ahora bien, no ha habido ninguna alusión a los más de 800 heridos en las cargas policiales del domingo, motivo del "paro de país" de este martes, y que la prensa internacional ha condenado, así como la Unión Europea. Tampoco ha hecho ninguna apelación al diálogo, como muestra que podría creer en vía muerta esta posibilidad, en estos momentos.

En última instancia, Felipe VI ha lanzado un mensaje de calma a los ciudadanos catalanes asegurando que entre ellos también había "mucha preocupación con las autoridades autonómicas". Ha pedido entonces buscar la "concordia y los puntos comunes", afirmando que los contrarios al soberanismo tenían "todo el apoyo y solidaridad del resto de españoles", así como la "garantía absoluta del Estado de Derecho".

Si bien, a la ciudadanía del resto del Estado les ha dirigido un mensaje de "tranquilidad, calma y esperanza" afirmando que en el camino "deseado" de convivencia "también estará Catalunya". "Son momentos difíciles, pero lo superaremos", ha asegurado sobre la unidad de España. "Nos sentimos orgullosos de lo que somos", ha remachado.

La puesta en escena del mensaje, grabado y retransmitido por TVE a las 21 horas, ha consistido en el monarca sentado en su escritorio con unos papeles con el discurso redactado, así como un ordenador a su derecha –elemento inédito en un mensaje de la Casa Real–. La bandera española se encontraba detrás y se apreciaban claramente las cuatro barras catalanas del escudo del Estado. Todo el discurso se ha realizado ante el cuadro de Carlos III que preside el despacho del monarca.

Felipe VI ha gesticulado mucho, algo poco habitual en sus apariciones.