Las encuestas electorales conocidas justo al cierre de los colegios no han hecho ningún favor al Partido Popular catalán, que si sobre las ocho y media se frotava las manos con la posibilidad de ser la segunda fuerza política en Catalunya, al final se han quedado en la quinta posición. Y es que los resultados del Partido Popular en Catalunya de las elecciones generales 2023 han sido lo bastante buenos para cantar victoria, pero insuficientes para tirar cohetes. Al final han sido seis escaños -cero en Lleida, cero en Girona, uno en Tarragona y cinco en Barcelona-, el triple que hace cuatro años, pero ni serán decisivos a la hora de formar un Gobierno, ni tampoco les supone mejorar su posicionamiento en Catalunya, donde han sido quinta fuerza en escaños -hay que apuntar, eso sí, la tercera posición en la circunscripción de Barcelona, por delante de ERC y Junts-.

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Lejos quedan los deseos expresados por el líder de la candidatura catalana, Nacho Martín Blanco, de tener una mayoría suficiente para asegurar un gobierno en solitario, por mucho que en Catalunya el PP haya pasado de 2 a 6 escaños y dependerá de Vox en el mejor de los casos. Quizá por eso, Martín Blanco ha sido uno de los líderes políticos que ha salido a hacer su valoración más tarde, ya a las doce y media de la madrugada, y cuando Feijóo ya había dado la consigna de exigir que el gobierno de España sea por el partido más votado. En este sentido, Martín Blanco ha salido contenido y no se ha dejado llevar por la euforia incluso cuando ha asegurado que el PP ha obtenido "un gran resultado en Catalunya y en el conjunto de España".

"El PP siempre se ha conducido con responsabilidad y altura de miras", ha insistido Martín Blanco, que ha calificado el discurso de Feijóo como "responsable, generoso, pragmático y moderado" y por eso ha defendido lo mismo que su jefe de filas, apelar a "la exigencia de que el partido más votado sea el que gobierne". "No tendrá ningún sentido que gobierne lo que ha perdido y sería impensable que gobierne un partido que lo haga con los que quieren romper con la unidad nacional", ha añadido el cabeza de lista por Barcelona, ​​en una repetición de los ítems principales de la campaña y una constatación de que ahora se abre un período complicado que podría finalizar con una repetición electoral en unos meses.

En este contexto, la noche en la sede electoral del PP en Barcelona, en el Hotel Grand Marina del World Trade Center, ha sido de aquellas de verlas venir, ni una fiesta, ni tampoco un entierro. Al final, poco más de una cuarentena de militantes y simpatizantes han hecho acto de presencia en la sede electoral, la mayoría haciendo cálculos a cada cambio de escaños pero sin la euforia de las grandes ocasiones y en un ambiente en que cernía la sospecha de que la victoria electoral del PP e, incluso, los buenos resultados obtenidos en Catalunya, serían insuficientes para desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa. En todo caso, Martín Blanco ha hecho el trabajo que le correspondía y, supuestamente, quien hace todo lo que puede no está obligado a más.