La prensa española vuelve a la carga. Aunque unos más que otros, los diarios de Madrid abren sus respectivas portadas con el choque entre JxCat y ERC ayer en el Parlament, que desembocó en la suspensión y ajornamiento hasta septiembre del pleno monográfico de Ciutadans sobre la "ruptura de la convivencia".

Aunque la mayoría no dedican sus editoriales de hoy a esta cuestión, si que ocupan varios artículos a no disimular su satisfacción por las diferencias entre los dos partidos del Govern —y porque muchos consideran que esto representa el "fin del independentismo— y aprovechan la ocasión para cargar fuerte contra el president Carles Puigdemont y la "burguesía independentista".

Según su punto de vista, lo que pasó ayer solo demuestra que el Parlament se dedica a "ceder a los caprichos" de Puigdemont y reprochan a JxCat que no se actúe igual con el resto de diputados. De todos modos, festejan sin tapujos que estas discrepancias evidencian que Mariano Rajoy "ha ganado en Catalunya", así como que el procés se haya acabado y para siempre.

Duelo a garrotazos

Salvador Sostres, en ABC, que titula su artículo como "Aquel puente de octubre", aplaude "la rotura interna de Junts per Catalunya" porque, a su juicio, "es lo último que quedaba por romperse en el independentismo", al mismo tiempo que considera que esto demuestra que "pocas victorias ha habido últimamente en el Occidente libre como la del presidente Rajoy en Catalunya".

El diario citado ocupa toda su portada de la edición en papel con la disputa protagonizada ayer por JxCat y ERC. Pero lo hacen con su toque especial. Usando el conocido cuadro de Francisco Goya Duelo a garrotazos, que representa a dos villanos luchando a garrotazos hundidos en el barro en un paisaje un toque devastado, ponen la cara del president Carles Puigdemont y del vicepresident Oriol Junqueras y titulan "El golpismo se lía a garrotazos", mientras cuentan que "Puigdemont rompe su partido y presiona a ERC para que el Parlament ceda a su último capricho".

En su edición digital, el diario citado sostiene que lo ocurrido ayer en el Parlament fue una "crisis sin precedentes entre JxCat y ERC por la suspensión «temporal» de Puigdemont" y subrayan que JxCat y ERC "se acusan de «mentir» e «incumplir» un supuesto pacto para aplicar el auto del juez Llarena".

En otro articulo, titulado como "Máxima tensión y «confianzas rotas» entre JxCat y ERC", ponen de relieve que el congreso del PDeCAT de este sábado "se prevé agónico", mientras se lamentan en otro escrito de que "Hacienda lanza un guiño a Catalunya y estudia asumir 4.500 millones de su deuda".

Para terminar, el rotativo mencionado publica hoy un reportaje sobre "Vacaciones en «territori independència»", donde destacan que, en el camping donde el autor pasó una noche, lucía "lazos amarillos, altares a los políticos golpistas e incluso campistas belgas con esteladas conforman la postal veraniega en muchas localidades de la Costa Brava".

El amado líder

Mientras, El Español, que bautiza su editorial como "El 'amado líder' Puigdemont deja de ser intocable", sostiene que "el independentismo se ha quebrado en el Parlament a la vista de todos" y subraya que "lo relevante de esta bronca es la brecha -hay quien dice ya que insalvable- abierta en el nacionalismo".

Esas diferencias entre JxCat y ERC se han precipitado, siempre según su punto de vista, por el "caudillismo de Puigdemont" que, a su juicio, "ha hecho aflorar las diferencias de fondo entre los proyectos políticos de ERC y JxCat, ocultas durante meses en pro de la causa separatista".

Precisamente por todo eso, aplauden que "el mundo independentista puede dejar de ser monolítico", al mismo tiempo que sostienen que "envalentonado por sus fieles, convencido de ser el amado líder del pueblo catalán, Puigdemont no ha medido bien sus fuerzas al lanzar una OPA a todo el nacionalismo".

Pagar a traidores

El Mundo, de su lado, se pregunta si "la independencia pagará a traidores" y pone encima de la mesa que "los burgueses del Parlament han recordado a los republicanos (a los de verdad) que las clases, queridos colegas de conveniencia, existen".

Sin pelos en la lengua, no tienen ningún problema en soltar que "por ello el líder de ERC se pudre en la cárcel mientras que al ausente de JxCat (el de verdad) no puede ni usurpársele el escaño".

Según su punto de vista, "para los acomodados, ese enredo de la independencia no es ni una utopía, sino una huida sin fin con la que labrarse (más) privilegios". Justamente por todo eso, se pregunta sobre "qué pasará cuando los amables CDR se percaten de que la Cámara está llena de indepes de salón", así como si "pagará la calle a traidores".

Hostilidad 'indepe'

La Razón dedica un pequeño artículo a esta cuestión, donde sostiene que "los separatistas no se soportan", hecho que, para ellos, es positivo porque consideran que "la hostilidad entre los separatistas nunca puede ser una mala noticia" ya que, subrayan, "los retrata ante la sociedad".

Lo mejor de todo es que, en su portada, que titulan como "Puigdemont dinamita el independentismo" se han olvidado la 'n' de Puigdemont y lo bautizan, pues, como "Puigdemot". Según los de Francisco Marhuenda, este es el "choque definitivo entre JxCat y ERC".

Lo que pasó ayer en la cámara es, según su punto de vista, "un choque en toda regla que ayer se evidenció en el Parlament en una jornada negra para el independentismo, repleta de acusaciones cruzadas y dobles versiones que se saldó con la desconvocatoria obligada del pleno y con la demostración palpable de la falta de acuerdo total en el independentismo".

El País, de su parte, abre su portada con la "división independentista", pero no dedica ninguna opinión a la cuestión catalana dejando la noticia como una información más de la actualidad política.