Carles Puigdemont ha escrito un extenso articulo que publica el diario El País, titulado “La única salida que tiene el socialismo español es la ruptura”, en el que analiza vastamente la situación política española. El president en el exilio plantea un escenario actual muy grave que amenaza la democracia y que ha puesto al PSOE, el principal partido del gobierno español, al límite del precipicio. El líder de Junts considera -como dice en el título de la Tribuna-, que la única salida que tiene el partido socialista para salir del abismo es que “emprenda la ruptura que se negó a hacer hace 50 años”, con la muerte del dictador Francisco Franco, y que esta ruptura, empieza por “reconocer el derecho a la autodeterminación de los pueblos”, que es un concepto, destaca Puigdemont, que “el Partido Socialista había defendido durante décadas”. El dirigente independentista sostiene que “con pactos con el Antiguo Régimen, como fue el pacto de la transición y la continuidad de la monarquía restaurada por Franco, solo perpetuarán el régimen, que es lo que han estado haciendo hasta ahora, aunque se pavoneen como unos gallos cuando evocan los 50 años de la muerte del dictador. Unos gallos sin cabeza, para ser precisos”.

El president en el exilio acaba así la tribuna que publica el diario de Prisa, pero antes, explica el porqué se ha llegado a una situación que describe casi como apocalíptica. “España hierve, la división social no puede disimularse y el clima se parece mucho al de otros periodos convulsos que tuvieron, todos, un final trágico (guerras y dictaduras) o tragicómico (el 23F)”. Puigdemont afirma que no sabe “si será el caso”, y que esta situación no le importa por el hecho de sentirse interpelado como español “porque solo lo soy por obligación y no por voluntad, identidad o sentimiento”, pero sí que admite que le afecta como “demócrata europeo” y como “independentista catalán en particular”, porque “todo esto pasa, en gran parte por la negativa a aceptar la democracia radical como metodología para la resolución de los conflictos”.

Puigdemont también ha hecho referencia a la "politización del poder judicial" y ha reprochado al PSOE que "se alineara con el PP en 2017" en contra de los independentistas, “una rendición incondicional que, pensaban, les sería recompensada el día de mañana con la misma comprensión que se dispensa a los abusos de la derecha, la politización del poder judicial y el discurso del rey del 3 de octubre de 2017”. Pero en lugar de ser así, el presidente de Junts viene a decir que el PSOE ha sido pagado con la misma medicina. "Hoy, a los socialistas les han enviado a la misma sastrería en la que se fabricaron los trajes a medida que prepararon para nosotros", ha dicho en referencia a la indefensión judicial que sufrieron los independentistas del procés.

Al principio del artículo, Puigdemont desgrana la sucesión de acontecimientos que rodearon la firma del Pacto de Bruselas, que "sacudió las aguas casi siempre turbias, pero normalmente estancadas de la España profunda", y "la urticaria se hizo evidente" desde el primer encuentro con el PSOE. Pero las aguas se agitaron por cuatro factores, explica el presidente en el exilio. Una, el relato que "rompía la narrativa oficial que el poder español -mediático, económico, político y judicial". La segunda, la referencia a "1714 como origen del conflicto no resuelto", la tercera, el acuerdo de depurar las responsabilidades de la guerra sucia contra el independentismo" y la "mención del término 'lawfare' que provocó la primera erupción cutánea en la piel del Estado profundo", ha dicho. Y la cuarta, la "ley de amnistía, que hasta aquel momento había sido casi un tabú del que no se podía hablar", y recuerda una frase del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en la que exclamó que "¡no habrá ni amnistía ni nada de eso!"

Puigdemont recuerda algunas "incomodidades", como el hecho de tener que negociar con un "mediador verificador internacional", la exigencia de hacer oficial el catalán en la Unión Europea y la aprobación de la oficialidad del catalán en el Congreso de los Diputados. "Las costuras no se habían roto, solo las habíamos tensionado, pero se intuía un mar de fondo", dice el presidente de Junts. Y "dos años después", remarca, "el protagonista de aquella foto -de la reunión presidida en los despachos del Parlamento Europeo ante un mural del referéndum que se hicieron con Santos Cerdán- ya se ha pasado unos cuantos meses en la cárcel, acusado de corrupción, se han abierto procesos penales contra el entorno del presidente Sánchez y también directamente sobre su familia, y el fiscal general alineado con el gobierno y pieza clave para garantizar el cumplimiento de la ley de amnistía acaba de ser condenado e inhabilitado para ejercer el cargo".