El president, Carles Puigdemont, estudia la posibilidad de asumir directamente el mando del cuerpo de los Mossos d'Esquadra en el próximo gobierno, según ha podido saber El Nacional de fuentes del entorno del president.

Esta posibilidad se enmarca en la constatación que la Seguridad y en concreto la dirección de los Mossos aparece como uno de los elementos imprescindibles para la consolidación de la República catalana, por lo cual Puigdemont considera que tiene que quedar en manos del máximo responsable del ejecutivo durante esta etapa. De hecho, la ley de la Policía de Catalunya sitúa al president de la Generalitat como "mando supremo del Cuerpo de Mossos d'Esquadra", aunque habitualmente el ejercicio de esta función se deja en manos del conseller de Interior.

No es casual que la de los Mossos fuera, después de los control de las finanzas, la primera competencia de la Generalitat que intervino el gobierno de Mariano Rajoy. El 23 de septiembre, ya antes de la celebración del referéndum del 1 de octubre y con la voluntad de impedir la votación, el Estado recurrió al artículo 38.2 de la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para intervenir a los Mossos y dejar el cuerpo catalán en manos de un mando de la Guardia Civil, el jefe de gabinete de coordinación de la secretaría de Estado del ministerio de interior, Diego Pérez de los Cobos.

Los Mossos, que actúan como policía ordinaria e integral en todo el territorio de Catalunya, funcionan con los principios de jerarquía y subordinación, por lo cual los agentes obedecen las órdenes de su máximo responsable, el Mayor. En aquel momento, Josep Lluís Trapero, después de que asumió el cargo el mes de abril en un acto en el palau de la Generalitat presidido por Puigdemont.

El papel del mando es, por lo tanto, clave teniendo en cuenta que dentro los cuerpo de los Mossos existe la misma pluralidad de opiniones que en la sociedad catalana. La ley de la Policía de la Generalitat, sitúa el cuerpo bajo el ordenamientos de la Constitución española y el Estatuto pero establece a la vez que es obligación de los Mossos velar por el cumplimiento de las leyes aprobadas por el Parlament y las órdenes dictadas por la Generalitat. El 1 de octubre y los días posterior esta situación provocó una escenario de fuertes tensiones dentro del cuerpo.

El 28 de octubre el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, sustituyó a Trapero como responsable de los Mossos y situó al comisario Ferran López al frente, mientras que la dirección política, a través de la Secretaría General del Departamento, quedó en manos del secretario general técnico del ministerio, Juan Puigserver.

Los Mossos cuentan con una plantilla de casi 17.000 agentes con un nivel de preparación reconocido en todo el mundo gracias a la rapidez y eficacia con que se desarticuló la célula yihadista que atentó en agosto del año pasado en las Ramblas de Barcelona.

A pesar de las dificultades con que está chocando la investidura que está prevista para este martes a pesar de la suspensión cautelar del TC, las negociaciones sobre la composición del Govern continúan bajo la dirección de los máximos responsables de JuntsxCat y ERC.