Carles Puigdemont ya ha reaccionado a la publicación por parte del comité que investiga el espionaje con Pegasus en países de toda Europa, en la que el Gobierno queda directamente señalado como el responsable del espionaje de los líderes independentistas en el marco del CatalanGate. El president no aparecía en la primera lista de espiados, pero sí muchas personas de su entorno más próximo, y hace unos días denunció ante esta misma comisión que había cada vez más pruebas de que su teléfono móvil también había sido espiado. Ahora, después de que se haya hecho público el informe redactado por Sophie in 't Veld, una eurodiputada liberal, el president ha querido dar su opinión, como siempre, contundente. "El espionaje masivo, incontrolado e ilegal es muy grave, pero todavía lo es más si lo hace un estado y lo ampara la Unión Europea. Es una amenaza directa a la democracia. No valen medias tintas. España espía y vulnera derechos fundamentales. Esto demuestra que los tenemos que confrontar", ha escrito en las redes.

El mensaje de Carles Puigdemont es una respuesta al vídeo compartido por el Parlamento Europeo en Twitter donde In 't Veld explica en rueda de prensa que "el abuso de sistemas de espionaje en estados miembros de la Unión Europa es un grave ataque a la democracia de todo el continente justo cuando es más necesaria más democracia que nunca". Este informe es demoledor para España, tal como también ha recogido en un tuit el mismo abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye. "Ya lo sabíamos, pero ahora queda demostrado que mientras presentábamos pleitos en Europa se nos estaba espiando por parte de una de las partes del litigio", ha escrito en las redes. Boye hace referencia al hecho de que este comité de la Unión Europea da por hecho que el espionaje del que fueron víctimas los líderes independentistas venía por parte del Gobierno y autoridades españolas.

¿Qué dice el informe Pegasus?

Concretamente, el documento presentado hoy por el comité de investigación concluye que "basándose en una serie de indicadores, se asume que la vigilancia de los objetivos catalanes se llevó a cabo por parte de autoridades españolas, principalmente en relación con el 1 de octubre del 2017, día del referéndum de independencia de Catalunya, y acontecimientos posteriores". Yendo más allá, la comisión también critica que el gobierno español es uno de los que menos información les había proporcionado para investigar su caso, justificándose en motivos de seguridad nacional que no les han convencido, y que también habría sido España el primer país a comprar los servicios de la empresa NSO, propietaria de Pegasus. De las 159 páginas del informe, 12 de estas están dedicadas al caso español, que tiene un capítulo para él solo, no solamente sobre el CatalanGate, sino también por el espionaje con Pegasus sobre los teléfonos de Pedro Sánchez y otros ministros por parte de Marruecos.

Las quejas de Puigdemont por la inacción de la Unión Europea

Hace solo unas semanas, cuando se cumplían seis meses de la publicación de la lista de espiados con Pegasus, Carles Puigdemont denunciaba en un artículo muy duro publicado en la revista The Parliment la inacción de la Unión Europea ante este caso de espionaje masivo que afecta a eurodiputados, entre los cuales él mismo, lamentando que todavía hay demasiadas preguntas sobre este ataque a su intimidad a través de una infección en los teléfonos móviles. Entonces se centraba especialmente en la figura de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: "La Comisión ha estado demasiado callada. Cuando se supo que Pegasus afectaba solo a Polonia, Hungría o Grecia fueron asertivos, pero cuando creció la sospecha sobre España por espiar ciudadanos catalanes independentistas, se han mostrado indiferentes", denunció entonces el president, pero ahora el informe ha señalado directamente al Gobierno de Pedro Sánchez y ha criticado también la falta de información proporcionada, así como el hecho de que las denuncias por el uso de Pegasus que presentaron en Madrid los ministros y el propio Pedro Sánchez avanzan muy rápidamente, a diferencia de las de los líderes independentistas catalanes en Barcelona.