El PSC quiere ocupar los escaños y el lado del hemiciclo del Parlament que en las últimas legislaturas han sido para los diputados independentistas, según ha adelantado Efe y ha confirmado ElNacional.cat. Concretamente, los socialistas han explicado a este diario que quieren el lugar de JxCat, a fin de que el bloque quede ocupado por fuerzas "de izquierdas", es decir, su grupo, ERC, la CUP y En Comú Podem. Los de Laura Borràs, pues, quedarían, con esta lógica, en el lado derecho con Vox, Ciutadans y el PP.

Así pues, la idea del PSC es hacer retornar a la Cámara catalana "la lógica izquierda-derecha". Fuentes socialistas consultadas por Efe han explicado que hay una ley no escrita en el Parlament por la cual la formación más votada -en este caso el PSC- es la primera que escoge donde quiere sentarse.

Sin embargo, nada de esto claro está ya que los grupos todavía lo están abordando, por ahora, de manera informal. El momento para decidirlo será la la sesión constitutiva, que se celebrará este viernes y que, por la pandemia de la Covid-19, se hará en el auditorio y no en el hemiciclo. Será entonces cuando los socialistas exijan sentarse en el lado izquierdo de la cámara.

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El Auditorio del Parlament, preparado para la sesión constitutiva de la XIII legislatura / Foto: ACN

¿Cuándo desapareció la 'lógica izquierda-derecha'?

La distribución del Parlamento según la lógica ideológica de izquierda-derecha cambió en el 2015, cuando la coalición Junts pel Sí (liderada por ERC y CDC) decidió sentarse al lado izquierdo de la cámara catalana. En la legislatura del 1-O, la Cámara catalana quedó dividida visualmente entre el bloque independentista, agrupado en la mitad izquierda del hemiciclo, y los grupos no independentistas, a la derecha, cosa que se hizo evidente en las jornadas más tirantes del procés, el otoño de 2017, cuando se aprobaron las llamadas leyes de desconexión con medio hemiciclo vacío.

La voluntad de acabar con estos dos bloques visuales entronca con la apuesta de PSC-Units para abrir una nueva etapa de "reconciliación" en Catalunya, en la que la cuestión nacional pase a un segundo plano y el debate se centre en las políticas sociales y de reactivación económica.

Las dificultades del objetivo

A pesar de la insistencia de los socialistas para hacer ver que el porcés se ha acabado, la realidad es tozuda y dice todo lo contrario. Los resultados del 14-F ampliaron la mayoría independentista hasta los 74 escaños y aunque desde de ERC son partidarios de una "vía amplia" que incluya los comuns, han rechazado cualquier tipo de pacto con el PSC. Así pues, parece difícil que los republicanos se avengan a un acuerdo como este.