El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha invitado a la ciudadanía a participar en la elaboración del nuevo plan pastoral, la hoja de ruta para animar y coordinar el estilo de vida y toda la acción de la Iglesia católica en Catalunya los próximos años.

La archidiócesis de Barcelona ha iniciado hoy un proceso abierto a toda la ciudadanía que tiene que culminar con la elaboración del nuevo Plan Pastoral durante este curso con un acto diocesano en la basílica de Santa Maria del Mar.

En su parlamento, Omella ha pedido que "todos los diocesanos -incluso los no creyentes que quieran-" propongan por escrito su opinión sobre cuál tendría que ser el contenido final del nuevo Plan Pastoral Diocesano y hagan llegar sus propuestas "operativas y concretas" al Arzobispado a través de sus rectores, "para que podamos pulsar el corazón de todos nuestros diocesanos".

El arzobispo ha reconocido que "la sociedad catalana no es mayoritariamente practicante y que un 47% de la población catalana no se confiesa católica", pero ha argumentado que "en estas circunstancias" los católicos no quieren cerrarse en sí mismos.

El arzobispo Omella ha animado los presentes a llevar a cabo este trabajo con el compromiso colectivo "de convertirse en una Iglesia "en salida y que se compromete nuevamente a ponerse al servicio de este pueblo, de esta familia."

Concilio Vaticano II

"No damos ningún giro espectacular, sino que queremos continuar, profundizar e intensificar la línea de acción que marcó el Concilio Vaticano II y, que se ha ido concretando para Catalunya, en los diversos documentos elaborados por los obispos de las diócesis catalanas," ha dicho Omella.

El arzobispo ha pedido a los feligreses "evitar caer en el pánico" ante la situación del descenso de la práctica religiosa y las escasas fuerzas con que cuenta la Iglesia diocesana porque, ha dicho, "hacemos nuestro trabajo y no nos dejamos influir para ser minoría y ser más pobres, tanto en el campo cultural como en el campo espiritual".

El arzobispo de Barcelona ha hecho referencia a un informe reciente de la Generalitat de Catalunya que pone de relieve que un 70% de los ciudadanos se declaran creyentes, mientras que el número de ateos se sitúa en el 18% y el 12% se declara agnóstico.

Por eso, según Omella, "en esta sociedad catalana que algunos medios de comunicación se apresuran a presentar como secularizada y no creyente" y "la radio y la televisión a menudo han apostado por la mirada atea", los datos muestran que "hay mucha gente abierta a Dios".