La toma de posesión de Maria Chivite como nueva presidenta de Navarra ha sido un hecho que desde una cierta manera de entender España se ha tomado de la peor de las maneras posibles, como una traición a los cimientos patrióticos. Con una sesgada manera de entender la política, la sustitución de una presidenta de Geroa Bai –la saliente Uxue Barkos– por una del PSOE, ha significado para el españolismo casi un casus belli que puede llegar a justificar a saber qué, todo porque los socialistas navarros no se han sometido a la presión de las autodenominadas fuerzas constitucionalistas de pactar con ellos la presidencia de la Comunidad Foral.
Y es que Navarra lleva tantos días en el ojo del huracán españolista que incluso ha servido para que algunos descubran que en este territorio, y también en su cámara de representación, se habla vasco, y eso escuece, y mucho, porque desde una visión que niega ningún vínculo cultural, social o lingüístico con Euskadi esto es interpretado simplemente como una invasión de un territorio vecino.
De hecho, el lenguaje utilizado es tan peligroso que casi se puede tildar de guerracivilista, y hay suficiente con mirar la portada del diario ABC, que no se priva de titular en toda portada, "Navarra, el PSOE consuma su traición al constitucionalismo". Hechas las cuentas, el constitucionalismo ya es hoy minoritario no solo en Catalunya, en el País Vasco y también en Navarra, sino que también en el global del estado español. Y si los que reparten carnés de constitucionalista se quedan solos, quizás habría que reconsiderar la validez de una Constitución que la mayoría de los españoles –siempre siguiendo la tesis de ABC que excluye al PSOE– ya no consideran como suya.
El Mundo tampoco se queda corto y abona la trama de la invasión vasca con el titular "Chivite contenta el nacionalismo vasco con consejeros radicales", todo por la presencia en el gobierno navarro de miembros de Geroa Bai –no olvidemos, los que formaban el gobierno saliente– y Podemos, y todo gracias a la abstención de Bildu, que es un poco como la de Valls en Barcelona.
El País en cambio, opta por suavizar la situación limitándose a destacar la presencia del ministro Ábalos en la toma de posesión.
La sorpresa del día la da La Razón, que ignora la cuestión navarra en su portada, con titulares destacados como "Sánchez suprimirá el Ducado de Franco y otros 30 títulos nobiliarios" y "La guerra comercial hunde el Ibex a su mínimo anual".
Con respecto a los diarios editados en Barcelona, los principales titulares son los siguientes: El Punt Avui, "Frenazo a la construcción de apartamentos en el Pirineo"; Ara, "Trump paga anuncios en Facebook sobre una 'invasión' de inmigrantes"; La Vanguardia, "Trump agrava la tensión con China al acusarla de manipular el yuan" y El Periódico, "La costa catalana sortea el choque con los manteros".