El presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, aseguró ayer, ante todo el mundo, que patriotismo y nacionalismo no sólo son, a su parecer, dos conceptos clarissimamente diferenciados, sino que además, el primero es positivo y el segundo negativo. El juego de manos ha hecho fruncir el ceño a más de uno ante este intento de tomadura de pelo que pretende forzar escalas de valor insostenibles si recordamos que, según el DIEC, patriotismo es 'amor celoso a la patria' y nacionalismo es 'ideología y movimiento que reivindica la organización política independiente de una nación' y más si eso se dice en la conmemoración de la Primera Guerra Mundial, un conflicto que destacó por los millones de muertos que ocasionó el patriotismo ciego al servicio del káiser, del zar y de 'tutti quanti' que exaltó la necesidad de sublimar la patria. Además, que el armisticio hiciera eclosionar un gran número de naciones que alcanzaron la autodeterminación todavía se tendrá que ver como un hecho negativo.
Con todo, visto desde una cierta perspectiva española, aquella que vibra con lemas como el Todo por la patria de la Guardia Civil y con aquel viejo precepto de hacer jurar a los militares el compromiso de derramar la sangre propia en defensa de los principios patrios, las palabras de Macron necesariamente tenía que provocar un estado de excitación próximo al clímax.
Sólo hay que echar una ojeada a la portada del ABC para entender hasta qué punto deberían de frotarse las manos en la redacción en el momento de escuchar las palabras del presidente francés, ya que el título Contra la amenaza de los nacionalismos es de aquellos que todo director de este diario monárquico ha soñado alguna vez, probablemente entre palpitaciones. El subtítulo: Macron y Merkel advierten ante 80 jefes de Estado y de Gobierno del peligro nacionalista y populista que amenaza a Occidente es el mejor sueño posible para los que repiten día sí día también que todo aquello a la izquierda de Vox es la antiespaña. En fin, de aquí a coronar a Macron como español del año parece que sólo quedan un par de portadas.
Por su parte, La Razón y El Mundo también insisten en el mismo discurso: Macron alerta: El patriotismo es lo contrario al nacionalismo", dicen en el primero; Lección de paz de Macron con condena al nacionalismo, aseguran el segundo.
Finalment El País pone un matiz que, de hecho, hace entenderlo todo mucho mejor: Macron evoca la Gran Guerra para criticar el nacionalismo de Trump. Ups, eso es otra cosa, ¿no les parece?