El 'procés' solo ha traído costes negativos para Catalunya y, por consecuencia, para el Estado. Bajo esta premisa, la prensa española vuelve a la carga y aprovecha ahora la pérdida de la Agencia Europea del Medicamento (AEM) para Barcelona para atribuir a la situación política la eliminación en primera ronda de la capital catalana.

Sin mencionar en ningún momento la imagen que, a su vez, y como recordó el president Carles Puigdemont ayer por las redes sociales, ha dado en estas últimas semanas el gobierno de Mariano Rajoy como, por ejemplo, las cargas policiales durante la jornada del referéndum del 1 de octubre, y sin tener en cuenta las aptitudes de Ámsterdam para convertirse en la nueva sede europea del medicamento, los diarios de Madrid echan la culpa de todo al Govern.

Y no solo eso. La mayoría de los rotativos se dedican a alabar al ejecutivo del PP por, a pesar de saber la situación por la que pasaba Catalunya, haber propuesto Barcelona en una muestra de confianza para convertirse en la sede de la AEM.

El precio del separatismo

Bajo el título "Barcelona paga el precio del separatismo", ABC subraya que Barcelona "antes del referéndum ilegal partía como favorita para albergar la sede del organismo" y equipara el hecho de que Londres la perdiera por el Brexit ya que consideran que "se infligieron a sí mismos con su decisión de abandonar la Unión Europea".

La culpa, pues, es al 100% de los independentistas —siempre según el medio citado—, motivo por el cual sustentan que "su descarte a la primera de cambio es claramente un efecto del tóxico ambiente político que han provocado, y aún siguen provocando, los irresponsables dirigentes del independentismo".

Es justamente en este punto donde el texto empieza a llenarse de elogios al gobierno de Rajoy con frases del estilo "proponer Barcelona para la EMA con toda naturalidad, a pesar de saber que sería muy difícil o incluso imposible en este ambiente político, ha sido la mejor señal que podía enviar el Gobierno a todos los españoles sobre las coordenadas de un gravísimo problema que nos afecta a todos".

Dicho esto, ABC empieza a sostener que "en realidad, perder la EMA forma parte de los nocivos efectos secundarios, del gravísimo perjuicio que los separatistas han provocado en los intereses económicos de los catalanes, desastre social aparte" y empieza a hacer un repaso "demoledor" desde su punto de vista por la pérdida de empresas, el estancamiento de las reservas turísticas o la "baja la inversión extranjera".

Fracaso del separatismo

El País, que como ya viene siendo habitual dedica una de sus editoriales a la cuestión catalana, abre su portada en digital con un titular más contundente que la de la edición en papel, señalando al 'procés' como responsable de la pérdida de la EMA.

En su editorial, ponen encima de la mesa que esto es "un fracaso estrepitoso del separatismo" y consideran que "solo cabe imputarlo a la irresponsabilidad del movimiento independentista catalán" porque, a su juicio, esta pérdida demuestra que el "desafío al orden constitucional ha privado a Barcelona de albergar la sede".

Por ello, y como los otros diarios estatales, tienen claro que "la inestabilidad política que ha vivido Catalunya en los últimos meses ha sido el elemento decisivo que ha privado a Barcelona de una oportunidad como pocas se presentan en la historia" y, por tanto, definen la capital catalana como "una víctima más del proceso soberanista".

Después del Brexit y de dejar Londres como sede de la EMA, ahora "ha pesado más el temor a salir de las brasas del Brexit para caer en el fuego de un proceso secesionista en Catalunya que Europa no da aún por controlado".

Éxito del nacionalismo

La Razón, como el resto, tiene claro que, a pesar de que Barcelona reunía todas las opciones para establecerse como sede de la EMA, "hubo un factor que todos temían y que ha resultado clave para que la capital catalana sea apartada en la primera votación: el proceso independentista, la inestabilidad política generada y el abandono del proyecto europeo minó todas sus opciones".

A su parecer, el Govern no hizo nada para mantener a la capital catalana como sede de la EMA, sino que "había marcado su único objetivo político, proclamar la independencia a lo largo de la última legislatura, y no había nada más allá por lo que valiese la pena esforzarse y luchar", mientras aprovecha, también, para felicitar a los de Rajoy por, "hasta el último momento", haberse "empleado  a fondo para mantener las opciones ganadoras de Barcelona".

Y lo que es peor. Definen como un "éxito del nacionalismo catalán, del PDeCAT y de la CUP haber tirado por la borda un proyecto que hubiese supuesto un avance para todos", pero acaba alabando esta pérdida porque consideran que "no se podía confiar una agencia de la UE de tanta importancia a quienes han trabajado sin descanso por romper la unidad de la sociedad española y europea".

Y es en este punto donde también aprovechan para criticar a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por romper su pacto con el PSC dejando de lado la "definición de un proyecto para su ciudad".

Castigo a Barcelona

En esta misma línea, El Mundo pone de relieve que "Europa castiga a Barcelona por alentar la independencia" y considera que esta pérdida es "un daño irreparable del separatismo [...], que  ha cegado en los últimos tiempos a los líderes del fracasado procés, capaces de sacrificar el bien objetivo de Catalunya en aras de su aventura delirante".

Según su punto de vista, hasta que el Parlament y el Govern probaron de tirar adelante la independencia de Catalunya y la fundación de la República, Barcelona "era la metrópoli que mejor se ajustaba a los criterios técnicos para albergar la sede", pero la cuestión política ha llevado de la mano "un castigo, casi una humillación que inflige Europa como aviso a navegantes nacionalistas y otros amantes de la inestabilidad".

Todo esto representa, siempre tal y como subrayan los diarios citados, que la capital catalana pierda "una ocasión única para potenciar la investigación en Cataluña y en el resto de España por las sinergias que el organismo generaría".

Pero, ante esto, opinan que "no podrá reprocharse al Rey Felipe VI, ni al Gobierno de Mariano Rajoy —en especial a su ministra de Sanidad, Dolors Monserrat— no haber intentado hasta el final atraer la EMA" y animan a recordar que "el procés les obligó a elegir y optaron por abrazar la ilegalidad y desafiar a la UE", motivo por el cual se lamentan de que "los platos rotos de su irresponsabilidad los pagan ahora los barceloneses y, con ellos, el resto de españoles".

Robar la EMA

Pedro J.Ramírez va un paso más allá y señala directamente a los consellers Jordi Turull y Josep Rull como los responsables de éste "robo" y por eso envía un mensaje claro: que sigan en la cárcel y que el Govern en Bruselas vuelva para también ser encarcelado "no por sediciosos y rebeldes", sino también por "ladrones".

Por todo esto, se cuestiona que por qué iba a venir a Barcelona la EMA si puede quedar fuera de la Unión Europea mientras "esos fanáticos han robado ya muchas cosas a todos los catalanes".

"Que las barras de la estelada se conviertan, por mucho tiempo, en barrotes de sus celdas", sentencia su comentario, mientras que en su editorial critican que los miembros del Govern culpen al ejecutivo de Rajoy por no haber defendido la EMA