Dos horas y cuarto. Ha sido el tiempo que han necesitado el Partido Popular y Vox para poner en marcha la mesa de negociaciones en el Congreso de los Diputados. Pero ha habido un gran ausente este martes por la tarde: Ciudadanos. El partido de Albert Rivera no quiere sentarse con la extrema derecha. Los diagnósticos después del encuentro, sin embargo, han sido diametralmente opuestos. Sólo se han puesto de acuerdo en que hay que seguir trabajando y en decir que todo va bien. Mientras los ultras siguen pidiendo protagonismo y cuota, los populares piden "generosidad". En juego hay territorios como Madrid, Aragón, Murcia y Castilla y León.

Este martes las derechas han establecido sus mesas de negociación. Lo han hecho por separado, como estaba previsto, sin ningún giro inesperado de guion. Por una parte, en el Congreso, los comités negociadores del PP y Vox, encabezados por Teodoro García Egea e Iván Espinosa de los Monteros. Por la otra, en Aragón, los populares se han reunido con Ciudadanos para hablar de la comunidad y el Ayuntamiento de Zaragoza.

Primero las coincidencias entre el PP y Vox: se necesitan gobiernos que trabajen para "garantizar el orden constitucional, la unidad de España, la libertad, la igualdad entre españoles, la bajada de impuestos, el impulso del crecimiento económico y la creación de empleo". Después ya han venido las discrepancias.

El primero en salir a valorar la reunión ha sido el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, que ha destacado del encuentro que han encontrado un espacio de diálogo con el PP. Pero acto seguido ha insistido en la misma posición que las horas previas: Ciudadanos también se tiene que sentar en la mesa de diálogo. "Mantendremos la esperanza hasta el final que Ciudadanos se acabe uniendo a este acuerdo", ha dicho esta vez en un tono más rebajado. "Confiamos en que se configure este espacio de diálogo. Las puertas están abiertas", ha insistido. Ha avisado de que si no llegan a un entendimiento "sería un fraude" a los ciudadanos. Por ello ha reclamado que se escuchen todas las voces.

Sobre los posibles acuerdos, el dirigente del partido de extrema derecha ha defendido que la opción "deseable" sería que las tres formaciones llegaran a un pacto conjunto, y que hay otras opciones, como Ciudadanos apoye desde fuera un acuerdo entre el PP y Vox. En ningún caso ha contemplado como posibilidad la vía andaluza, donde Vox apoyó desde fuera del ejecutivo. En su última ejecutiva la formación de Santiago Abascal situó como condición entrar en los ejecutivos autonómicos y municipales. "Si se nos excluye de un acuerdo, no podemos participar de ese acuerdo", ha dicho Espinosa de los Monteros Andalucía ya no les sirve.

Una posición muy diferente ha expresado el secretario general del PP, Teodoro García Egea, que ha hecho una defensa encarnizada de los pactos a la andaluza, que sigue siendo su apuesta. Lo ha descrito como "un gran éxito". De hecho, ante su exigencia de entrar en los ejecutivos, el dirigente popular les ha pedido "generosidad" y ser conscientes del papel que les han otorgado los ciudadanos". También les ha reprochado su enmienda a la totalidad a los presupuestos de aquella comunidad.

Pero el dirigente del PP también ha ignorado la exigencia de Vox para que Ciudadanos se siente en una mesa a tres. Ha rebatido que "el objetivo es que nos pongamos de acuerdo para investir presidentes y alcaldes y desarrollar un programa concreto", sea a través de la vía que sea. Es por eso que ha llamado a "centrarnos en lo esencial y dejar a una lado los egos y los condicionantes personales".

La próxima reunión entre los comités negociadores del PP y Vox seguramente tendrá lugar a finales de esta misma semana. La constitución de los ayuntamientos ya tiene fecha fijada: el 15 de junio.