El Partido Popular y Ciudadanos empiezan a insinuar la cruenta batalla para liderar la oposición contra el presidente del gobierno Pedro Sánchez, a cuenta de la crisis con Catalunya. La formación naranja sigue buscando su espacio a la derecha del tablero, tras quedar desdibujada con el voto en contra en la moción de censura de Mariano Rajoy, y que Sánchez se adueñase de la filosofía del ejecutivo técnico y mediático. Los populares tampoco piensan bajar el pistón con sus 137 escaños, aunque en pocos días la formación se abrirá para acoger la batalla de sucesión en las primarias.

Con este marco de fondo, el PP forzará en el Congreso una votación sobre la unidad de España, como informó el portavoz Rafa Hernando el martes, para que "algunos digan dónde están", en alusión al posicionamiento del PSOE. De ese modo, el PP recuperaba la táctica de acusar a los socialistas de "desleales" con la cuestión territorial, como cuando tildaron a Sánchez de "Judas" por recibir el voto de ERC y PDeCAT en la moción de censura.

La elevación del tono por parte de Hernando pasaba ya por acusar al PSOE de hacer "saltar por los aires" el consenso de los constitucionalistas en cuanto al proceso soberanista, después de que la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, apostara durante el fin de semana por la reforma "urgente, viable y deseable" de la Carta Magna, así como por abrir la puerta a la aprobación de los 45 puntos que Carles Puigdemont presentó a Rajoy en el 2017, e incluso, valorar la posibilidad de recuperar el Estatut tumbado en el año 2010 por el Tribunal Constitucional. "No puede haber una reforma de la Constitución para dar la razón a los independentistas", lamentaba el portavoz.

Fuentes populares explicaban que la ofensiva no se detendría aquí, sino que también se vehicularía a través de las preguntas en sesión de control.

En el Grupo Socialista la estocada se esperaba y fue la diputada Adriana Lastra quien se defendió recordando el apoyo de Ferraz con el 155 con Catalunya, algo que inicialmente no había sido de su agrado. "Si hay un partido que asegura la vertebración territorial y social es el PSOE", se defendió y "así lo ha defendido desde su nacimiento, hace 139 años, y sobre todo en los últimos siete meses", zanjó. Lastra instaba a la formación rival, en consecuencia, a seguir sus pasos. "Espero que el PP haya aprendido alguna cosa sobre cómo ejercer la oposición", denunció.

El hecho es que Cs también ve en el filón del apoyo independentista a la moción de censura una forma de ensañarse contra Sánchez. En primer lugar, el grupo naranja instó el viernes al presidente a explicarlo en una comparecencia.

En segundo, el portavoz de Hacienda y presidente de la Comisión de Presupuestos del Congreso, Francisco de la Torre, preguntará al Gobierno si las "prisas" para levantar los controles de las cuentas a Catalunya se deben a pactos. Si bien, no sería tal, pues la intervención económica tenía que decaer cuando se formase un Govern efectivo, junto al 155, como acordaron Sánchez y Rajoy el pasado 15 de mayo.

De la Torre preguntará también cómo piensa ahora el presidente controlar que no se gaste dinero público en entes como el Diplocat, ahora que la Generalitat pretende recuperarlo, así como en las subvenciones a Òmnium Cultural o la Assemblea Nacional Catalana (ANC) o a los Comités de Defensa de la República (CDR).

Esta desconfianza hacia posibles concesiones es el precio que el PSOE pagará por haber destronado a Rajoy. Eso, a pesar de la habilidad del dirigente de colocar un ariete del independentismo como el ministro de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell, en el gabinete ministerial.

De hecho, Borrell reanudará el legado de Sánchez, quien lanzó hace semanas una auténtica gira para explicar la acción del Estado ante el conflicto, asumiendo este papel, al considerar que el ejecutivo de Rajoy no había hecho suficiente. Este será el palo contra el procés, mientras que Batet ofrecerá la zanahoria, diálogo en el interior, y ya prepara junto con la consellera Elsa Artadi la próxima reunión entre Torra y Sánchez, "antes del verano".