En Castilla y León no hay cordones sanitarios: la extrema derecha gobernará por primera vez en una comunidad autónoma. A pocos minutos de constituirse las Cortes, después de las elecciones del 13-F, el candidato a la reelección por el PP, Alfonso Fernández Mañueco, ha anunciado un pacto con Vox que afecta tanto a la Mesa del parlamento como a la futura conformación del gobierno autonómico. Presidirán la cámara y tendrán la vicepresidencia y tres consejerías de la Junta. Desde el PSOE, con el presidente Pedro Sánchez al frente, habían ofrecido una alternativa: su abstención a cambio de romper todos los pactos con la formación de Santiago Abascal. Finalmente, han decidido mantener la alianza con los ultras.

El anuncio lo ha hecho el mismo Mañueco a través de su cuenta de Twitter. Ha asegurado que se trata de un acuerdo de legislatura sobre la base de un programa al servicio de las personas de Castilla y León y que permita un gobierno estable y sólido con pleno respeto al orden constitucional y al Estatuto de Autonomía de Castilla y León". A continuación, el presidente en funciones explica que "el acuerdo se extiende a la Mesa de las Cortes y al gobierno de Castilla y León". Posteriormente, en rueda de prensa, Mañueco se ha felicitado: "es un éxito para todas las personas de Castilla y León" porque permite formar "un gobierno sólido" y evitar "una repetición electoral".

El líder de Vox en Castilla y León, Juan García Gallardo, también ha celebrado un acuerdo que considera "sensato, sin ganadores ni perdedores". En este sentido, ha reivindicado en Twitter que esta será una "legislatura provechosa para los ciudadanos" y que "servir a Castilla y León debe ser nuestra forma de servir a España".

El acuerdo se ha cerrado in extremis este jueves por la mañana, antes de la sesión constitutiva de las Cortes, y la extrema derecha ha acabado imponiéndose. En la Junta de Castilla y León tendrá la vicepresidencia y tres de las diez consellerias, que aún están por decidir. En el parlamento autonómico, tendrá el presidente, que será el procurador Carlos Pollán, y la vicepresidencia tercera de la Mesa.

¿Qué han pactado?

El acuerdo programático del PP y Vox es un documento de cinco páginas que consta de once ejes de gobierno y 32 acciones. Entre estas acciones destacan la aprobación de una "ley de lucha contra la violencia intrafamiliar" que sustituirá a la ley contra la violencia de género de 2010. Así quieren "actualizar la normativa vigente en materia de protección para mejorar la atención a las víctimas ". El último punto habla también de "promover una inmigración ordenada que, desde la integración cultural, económica y social, y en contra de las mafias ilegales, contribuya al futuro de Castilla y León".

 

Críticas de la oposición

Desde Versalles, antes de entrar en la cumbre informal de líderes europeos, Pedro Sánchez ha advertido que el PP "pagará caro" su pacto con la extrema derecha de Vox. El presidente del Gobierno ha lamentado que es "una pésima noticia para la democracia española y para el propio Partido Popular". Y ha remachado: "Esta decisión que han tomado la pagarán cara en términos políticos porque habrá mucha gente, incluso votantes del PP, que no entenderán que abra por primera vez un gobierno a la ultraderecha".

No ha sido el único que lo ha criticado. Uno de los primeros en reaccionar ha sido Ciudadanos, que fue expulsado por Mañueco de la Junta de Castilla y León antes de convocar las elecciones del 13 de febrero. "Vergüenza", ha tuiteado el exvicepresidente castellanoleonés Francisco Igea. La cuenta de Twitter del PSOE lo ha considerado "indignante" y ha apuntado contra el futuro líder del partido: "Este es el PP de Feijóo". Se ha sumado la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, que en la misma red social ha denunciado que "el PP y Vox demuestran con este acuerdo que son indistinguibles" y ha instado al "bloque democrático" a impedir que lleguen al gobierno del Estado.