El presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el dirigente popular Fernando Martínez Maíllo, están siendo investigados por urdir un complejo entramado que les habría permitido ganar las primarias del partido en esta comunidad mediante las firmas falsificadas de 5.000 afiliados. Esta trama habría sido posible mediante el ingreso de medio millón de euros en la caja B. Esta información ha sido adelantada por el Diario 16.

La denuncia se presentó la semana pasada y el juez ya la ha aceptado. Mañueco estaría siendo investigado por financiación ilegal, por falsedad documental y por coacción. La periodista María José Pintor Sánchez-Ocaña afirma que en las primarias abiertas del PP de marzo de 2017, ideadas por Martínez Maillo cuando era coordinador general del PP, se constató que esta formación, en Castilla y León, sólo tenía 7.000 militantes reales (se le suponían 58.000 afiliados), y que la mayoría de ellos, unos 5.000, no estaban al corriente de pago, por lo cual no deberían haber tenido derecho al voto.

Ante esta situación se habría decidido poner al corriente de pago a los afiliados mediante aportaciones de empresarios en dinero negro y de aportaciones de cargos del partido de 500 euros. Se reunieron 500.000 euros, que se ingresaron en las cuentas provinciales del Partido, como si fueran cuotas, sin informar a los militantes, gracias a las complicidades de algunas entidades bancarias. A veces con un solo ingreso de cajero automático, se intentaban legitimar las cuotas de 20 militantes.

Después, se cursaron solicitudes de voto en nombre de estos militantes "regularizados" mediante la falsificación documental: se imitaba su firma. Estas acreditaciones fueron usadas para combatir la candidatura de Antonio Silván, alcalde de León, en las primarias. Gracias a este fraude, Mañueco habría conseguido ser el candidato del PP a las elecciones autonómicas.

Toda esta trama habría sido posible gracias a la complicidad de Fernando Fernández Maíllo, que habría permitido vulnerar la ley de protección de datos mediante el programa informático Lanza.

El PP, al fin, perdió las elecciones en Castilla y León. Por primera vez en 32 años la formación conservadora fue derrotada en unas autonómicas. Ahora, la clave de la gobernabilidad queda en manos de Ciudadanos, que puede dar la presidencia a Mañueco o a Luis Tudanca, del PSOE.