Herida. División. Crispación. Choque. Discrepancias. Desconcierto. Malestar. Este es el repertorio que los diarios emplean este 11 de Septiembre para retratar el estado del movimiento independentista. Tiene gracia la inquietud y preocupación que rezuman algunas portadas al hablar de la Diada Nacional de Catalunya de 2022. Cuando el independentismo marchaba en manifestaciones monstruo no sabían sacar ninguna conclusión, ni la más obvia, o no le daban importancia. Tiene gracia porque para valorar la mala manifestación de 2022 tienes que reconocer el éxito de las precedentes. Pero dejémoslo estar, que todo va que cae. Muchos diarios se morían de las ganas de decir en portada que el movimiento independentista pasa una mala temporada y este domingo es el día que esperaban. El lunes remacharán el clavo.
🔴 Diada 2022, DIRECTO | Última hora del 11 de septiembre
El País habla de "la herida abierta de Catalunya" y, por lo que se adivina en el escaso texto de portada, parece ser que es una lesión autoinfligida por los catalanes, que no saben estar quietos ni tener paciencia y acaban provocando incendios cuando no toca. El Periódico parece un poco dolido por el trayecto de la unidad a la división del independentismo —seguramente es un error de percepción del comentarista. El Mundo dice que es la Diada "más dividida y crispada" y lo atribuye a la actitud de ERC de no hacer ruido "para no perjudicar la negociación con Sánchez". Luego no explica qué se negocia, si es que se negocia algo. Da igual. De lo que se trata es de mantener el relato de que la Moncloa vende España a los independentistas, a los terroristas y a los comunistas. La Vanguardia, sobria y contenida, explica que el enfrentamiento entre independentistas por la estrategia del movimiento marca este 11 de Septiembre. El diario se abstiene de valorar la situación y no va más allá de describirla como un "choque" y unas "discrepancias". Ara hace una versión más, digamos proactiva, y anuncia propuestas diversas para superar "la actual fase de desconcierto" del movimiento indepe, que vive un "clima de división y malestar". El Punt Avui edita una portada combativa que muy probablemente es una indirecta al "Lo volveremos a hacer", que es casi todo el que queda vivo del procés. La fotografía de las alpargatas es hortera pero aquí puede salvarse imaginándole una relación con el totémico cartel de Pere Català i Pic Aixafem el feixisme (1936), ese de la alpargata que pisotea una cruz gamada.
Cambio de rasante. Por fin las portadas vuelven a hablar de la guerra de Putin. Hace una semana que el ejército ucraniano barre a las tropas rusas del nordeste del país desde Khàrkhiv a Kupyansk y hasta Izium. Es una operación relámpago muy bien coordinada, precedida por el engaño de hacer creer al Kremlin que el ataque era contra Kherson, al sur. En cuatro días, las tropas de Kiív han liberado unos 2.000 kilómetros cuadrados con una profundidad de 90 kilómetros. Nada ejemplifica mejor la derrota que el vídeo de un tanque ruso cargado de soldados que prueba huir de Izium a toda velocidad y se encuentra en una calle que ya han ocupado las vanguardias ucranianas. El tanque acelera, cosido a granadas y cohetes, los soldados van cayendo y el conductor falla una curva, derrapa y se estrella contra un árbol. En fin. La recuperación de Izium es doblemente importante. Putin no sólo ha perdido un lugar estratégico en pocas horas, tirando a la basura meses de sangrientos combates, sino que, por primera vez, las tropas rusas están completamente en desorden. Moscú tardó más de cuatro semanas en conquistar la ciudad, casa por casa, a principios de abril. Izium tiene una posición geográfica única. Es una especie de puerta giratoria hacia la frontera de Ucrania: ofrece el mejor paso en ambas direcciones, tanto para ocupar el Donbas como para marcharse hacia Rusia. Al entrar en la ciudad, la infantería de Ucrania ha encontrado unos 200 blindados en buen estado, abandonados. El estado del independentismo, ahora mismo, no es tan malo. Venga, va. ¡Feliz Diada!
