La derecha mediática no pierde hoy la magnífica oportunidad de castigar a la coalición del gobierno español con material de sustancia política real, como es la derrota en el Congreso del decreto por el que quería afanar los remanentes presupuestarios de los ayuntamientos, un verdadero atraco legal. El revolcón de María Jesús Montero, ministra de Hacienda y una de las favoritas de Sánchez, es una noticia como una casa —atención a la foto de ella en ABC. La prueba es El País, el diario más gubernamental, hace un titular que dice cosas muy gruesas... pero lo entierra en una columna, como quien quiere esconderlo.

Esta es brega de un día, sin embargo. Los diarios ya fabrican la batalla de relatos políticos que animará o aburrirá tu existencia las semanas que vienen: el caso Kitchen contra el caso Dina. La covid-19 no sirve, una vez comprobado que el virus tiene escaso rédito político. Ahora está en manos de las autonomías y es material poco nacional para armar barullo, además de que el gobierno que peor lo hace es, mira por dónde, el de Madrid. La derecha mediática se ha dicho que por ese camino no se llega muy lejos.

Así que quiere sacar zumo al caso judicial que tiene a Podemos por protagonista. Lo tiene difícil, sin embargo. Peor que los diarios que miran con simpatía (o resignación) al actual gobierno central, que hacen fiesta con Kitchen, que retrata al PP como una máquina de corromper. También mojan pan en esa salsa diarios como El Mundo, que querrían un PP más ultra, más cayetano, y aprovechan para dar una patada a Pablo Casado en el culo de Mariano Rajoy.

La verdad es que no hay color entre el río de información que lleva el culebrón de la policía patriótica, Bárcenas, Rajoy, Fernández Díaz y Cospedal, y todas los subtramas (Cospedal contra Sáenz de Santamaría, la caja B del PP, el chófer de Bárcenas, la rivalidad entre policías corruptos, etcétera). Este caso no se acaba nunca.

Es complicado que a una tragicomedia de este volumen le compita bien un drama fabricado por el exabogado descontento de Podemos. Cada vez que se anima ese drama acaba pinchado por los peritos, la fiscalía o nueva documentación. Hoy mismo, por ejemplo, El Mundo se esfuerza mucho y hace un titular melodramático ("El exabogado de Podemos se hunde ante el juez y declara que Iglesias e Irene Montero prepararon el montaje"). La Vanguardia, en cambio, lo mata diciendo que "Calvente [el abogado] dice al juez que 'le contaron' que Iglesias conocía 'el montaje' del caso Dina". ¿Le contaron? Bueh. Este caso, de momento, no tiene sustancia. Nada. Humo y espejos.

Entretanto, ningún diario, salvo El Punt avui y El Mundo, recoge el procesamiento de 30 altos cargos del Govern —muchos ya no están en él— por el 1-O en la causa que ha manufacturado el juzgado 13 de Barcelona. El president Torra hablaba ayer en su discurso de la Diada de un Estado español "autoritario y vengativo". Pues eso.

LV

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