La mitad de los españoles cree que ETA aún actúa. El dato proviene de una encuesta de GAD3, un referente en la demoscopia española actual, y El Mundo lo lleva en portada como subtítulo de este título: El 60% de los jóvenes no sabe qué simbolizó Miguel Ángel Blanco. Recordémoslo. En 1997, Blanco, concejal del PP en el ayuntamiento vizcaíno de Ermua, fue secuestrado y asesinado a sangre muy fría por ETA. El crimen, horrible y cruel, fue el detonante de un vasto movimiento popular, intenso y persistente contra la banda terrorista. También marca la hora en que se acaban las contemplaciones con los terroristas —incluidas algunas de buena ley, como las que de vez en cuando señalan los tribunales europeos o muestra la serie televisiva Patria. El PP y su entorno supieron cabalgar con mucha artería aquella ola de manos blancas. Se la apropiaron hasta degradarla en la triste caricatura del "todo es ETA", que resume, mal que bien, la mitad del discurso y de la práctica política de la derecha española y de una cierta izquierda, decrépita y rancia, que le hace de sacristana.

Claro que no puede agradar a nadie que Miguel Ángel Blanco pase desapercibido entre la juventud. Pero también da que pensar que El Mundo no advierta que a la gente joven de todas las épocas le pasa lo mismo. Vete a preguntar a los adolescentes alemanes, rusos o españoles quién era Hitler, Stalin o Franco. En 2008, en un examen donde universitarios de 21 años debían comentar la portada de El Periódico del día de la victoria de Obama, uno de los examinandos, señalando la foto, enorme, del personaje que presidía la página, dijo con admiración: "Qué cracks, ponen la foto del padre de Obama!" El profesor detuvo el examen, alarmado. Sólo 4 de los 20 alumnos sabían que el personaje de la foto, enorme, era Martin Luther King. Sólo uno había escuchado el discurso I have a dream de 1963. Es así, no hay nada que hacer y no vale la pena inquietarse. Son gente magnífica: lo aprenden después. Es decir, que da la impresión de que El Mundo se escandaliza gratis y de mala fe.

Sembrar miedo y odio

Quizá es más inquietante que el diario no lamente tanto que la mitad de los españoles crea que ETA todavía opera. El último atentado de la banda es de marzo de 2010. ¡Hace más de diez años! Su disolución y desarme son de mayo de 2018. De una y otra cosa se ha informado sobradamente...

...o no. Porque entes como El Mundo no han dejado de abusar del calificativo etarra o terrorista para pintar a los que consideran la anti-España. El gobierno de coalición PSOE-Podemos porque suma los votos de Bildu. El PNV porque promueve la reforma del Estatuto vasco. El independentismo catalán "porque también persigue romper España". Los indignados del 15-M (quizás de ellos tampoco se acuerda nadie) porque... Y así todo. ¿Cómo quieren que tanta gente de buena fe no crea que ETA todavía opera, contra toda evidencia, si no paran de decirle que todo es ETA, reencarnada en cualquier adversario político que se quiere atacar, destruir, aniquilar? Quizás a El Mundo ya le va bien así.

¿Por qué será? ¿A qué se debe esta memoria selectiva de la gente, que tiene por vivos a los asesinos y se olvida de sus campeones? Entre los responsables de esta amnesia desoladora tal vez hay que contar a quienes se ocupan de mantener a la opinión pública en este estado, capaces de malvender la paz y sembrar la inquietud, el odio y el miedo para sacar rédito electoral o mediático a costa de degradar la convivencia. Mantener viva a ETA acaba en eso: los héroes son olvidados y la mentira se hincha. Sabes aquel mosso que espetó a un agente rural "¡La República no existe, idiota!"? Quizás habría que insistir a diarios como El Mundo: "¡ETA no existe, idiota!"

Foto: Manifestación tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, 1997

ME

EP

ABC

LR

LV

EPC

EPA

AHORA