Ara es el único diario que tiene hoy la sensibilidad de decir en la portada de su primera edición que ha caído un aguacero de tomo y lomo que ha dejado para el arrastre a numerosos municipios, especialmente en el sur del país. El resto —también ese diario— están hoy en otra página: los tres grupos independentistas han pactado el texto de una resolución sobre la legitimidad del derecho de autodeterminación y reprobando a la monarquía. Quieren debatirla en el Parlament dentro de tres semanas, aunque los miembros de la Mesa y del Govern han sido amenazados con responsabilidades penales por el TC si no se abstienen de promover la resolución. El texto es menos atrevido que otros recientes, como explican los titulares conciliadores de La Vanguardia. Además, es un debate que la cámara repite desde hace años, mucho antes de que el procés se pusiera en marcha, cosa que no explica nadie.

Pero da igual. Ningún diario se sorprende porque un parlamento tenga tasados sus debates por un tribunal ni de que todo un TC tenga capacidad jurisdiccional para sancionar y multar. Te tienes que reír un poco del tono escandalizado de los titulares de ABC y La Razón, que se sirven de esa iniciativa para castigar al gobierno español, acusándolo de dar aire al independentismo con sus vacilaciones.

Pedro Sánchez ya no debe ni saber como ingeniárselas para que lo dejen en paz, un poco como el presidente Torra no sabe cómo condenar más la violencia. Es el mismo ciclo infernal. Si no lo dices porque no lo dices, y si lo dices porque debes decirlo con más convicción y si lo dices con más convicción es porque te obligan. Como aquellas películas de militares donde el sargento hace chillar a los marines "Señor, sí señor" cada vez más alto. —Condene la violencia! —Señor, sí señor! —CONDENE LA VIOLENCIA! —SEÑOR, SÍ SEÑOR! —CONDENE LA VIOLENCIA! —SEÑOR, SÍ SEÑOR! (Puedes cambiar la frase por "¡Renuncie a la autodeterminación!" u otras y seguir el juego).

La bronca no se acaba nunca hasta que el sargento se cansa. Y estos no se cansan nunca. Incluso El País abre un rinconcito en su portada para destacar que la Generalitat no acusa a los detenidos por las bullangas de estos días. —ACUSE A LOS DETENIDOS! —SEÑOR, SÍ SEÑOR!

El Mundo —el nuevo Arriba del constitucionalismo— sigue mordiendo con rabia la misma madera desde que el Supremo publicó la sentencia: es blanda, debía condenar por rebelión, las condiciones penitenciarias son permisivas, etcétera. Cada día descubre una nueva prueba que confirma que la sentencia que ellos habrían dictado es la buena. Ayer hacía decir Jordi Sànchez que el 1-O sí era un golpe de estado. Hoy se exclama porque Iceta reconoce que los presos podrán salir pronto. Cada día tiene su afán.

Muy notable un detalle de La Vanguardia, un poco en la línea de ayer. Dice que "Foment insta a Torra a revertir la situación". ¿Qué situación? Es igual. La gracia es que este titular proviene del acto de los Premios Cecot —otra patronal— donde lo que más se oyó no fue el brevísimo discurso de Josep Sánchez Llibre, el presidente del Fomento (donde "insta a Torra..." etcétera), sinò el de Antoni Abat, presidente de la otra patronal ("Añoramos a aquellos que hoy no pueden estar, os queremos entre nosotros", "este juicio no soluciona nada", "el Estado decepciona") o los gritos de "¡Libertad! ¡Libertad!" de los empresarios allí reunidos, de pie. Es la sordera selectiva del diario impreso más vendido de Barcelona.

LV

ABC

EP

LR

EPC

ME

EPA