Estamos el año 2024 y todavía ninguna mujer ha podido llegar ni al Palau de la Generalitat ni al de la Moncloa, pero, en cambio, muchas de ellas sí que han conseguido superar el techo de cristal en este ámbito y tomar la vara como alcaldesas de las ciudades más importantes del país y del Estado. Con excepciones, eso sí. Todavía hay capitales autonómicas que no han sido nunca encabezadas por una mujer y aunque en Catalunya se han hecho avances en este sentido, hasta siete de las veinte ciudades más pobladas del país se encuentran en la misma situación.

La política municipal refleja los cambios que se han dado desde el comienzo de la transición democrática, ahora hace casi medio siglo hasta nuestros días, con las mujeres cada vez ocupando más espacios de poder y de decisión, aunque todavía no de manera igualitaria. Así, aunque en los últimos años hay una tendencia al alza de mujeres alcaldesas a nuestro país, la paridad con los hombres (que sí que existe por ejemplo en el Parlament de Catalunya, donde las diputadas superan a los diputados), continúa lejos. Las cifras muestran cómo los cambios en la sociedad también se reproducen en los ayuntamientos. En la legislatura que empezó en 1991, en Catalunya solo había 36 alcaldesas, que representaban un 3,6% del total. Esta cifra fue en aumento, según recogen los datos del Institut Català de la Dona, gradualmente, elecciones tras elecciones. De las últimas, celebradas en mayo del 2023, surgieron 266 ayuntamientos liderados por alcaldesas, cifra que representa el 28,1% del total. Este porcentaje continúa lejos de la paridad, y si se sigue la tendencia registrada, tendrán que pasar una veintena de años todavía para que haya un 50% de alcaldesas en Catalunya.

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Tarragona y Lleida, capitales, sin alcaldesas

En 2024, el Palau de la Generalitat no ha estado ocupado todavía por ninguna mujer, pero hasta el 2015, al otro lado de la plaza Sant Jaume tampoco ninguna había dirigido la política municipal de la capital de Catalunya. Ada Colau ganó las elecciones en el 2015 al frente de Barcelona en Comú y en el 2019 volvió a ser investida alcaldesa. Antes de la concejala no solo no había mandado a ninguna mujer en Barcelona, sino que prácticamente no había habido candidatas para encabezar el pleno municipal. En 2011 ninguna mujer era cabeza de lista y la 2007 y 2003 la única fue Inma Mayol de ICV. En 45 años de ayuntamientos democráticos, la capital catalana ha tenido así una única alcaldesa, en el cargo durante 8 años. Girona también ha sido encabezada solo por una mujer, Marta Madrenas, que accedió al cargo después de la renuncia del presidente Carles Puigdemont y que en el 2019 ganó las elecciones municipales.

Si bien los años que Barcelona y Girona han sido dirigidas por mujeres son muy pocos comparados con los que han tenido un alcalde, ya son más que el de las dos otras capitales catalanas. Ni Tarragona ni Lleida han tenido nunca una alcaldesa. En las últimas elecciones, en Ponent, solo dos de las seis candidaturas que obtuvieron representación estaban lideradas por una mujer, y precisamente fueron la que menos concejales obtuvieron: Vox y el Común. En Tarragona la situación todavía es peor: solo una cabeza de lista, la del PP.

El hecho de que dos de las ciudades más importantes de Catalunya no hayan tenido nunca una alcaldesa y que la cifra de listas lideradas por mujeres sean irrisorias en las últimas elecciones no es una excepción, sino una situación que se da en sed de los veinte municipios más poblados del país. Aparte de Lleida y Tarragona, tampoco han tenido nunca alcaldesa Terrassa, Mataró, Manresa, Viladecans, Cornellà de Llobregat ni El Prat. Reus abandonó la lista de ciudades sin alcaldesa el pasado de mes de junio, después de las elecciones municipales.

El área metropolitana, dos caras de la misma moneda

La otra cara de la moneda son las ciudades del área metropolitana donde hace años que gobiernan mujeres. Santa Coloma de Gramenet es el mejor ejemplo. Desde 1979, cuando se celebraron las primeras elecciones municipales en democracia, han pasado 45 años. De estos, en 26 han sido gobernados por dos mujeres: Manuela de Madre y Núria Parlon, las dos con amplias mayorías absolutas en la novena ciudad más poblada de Catalunya. Rubí, en el Vallès Occidental también ha sido gobernada durante más años por mujeres que por hombres en la etapa democrática. En total, tres mujeres se han repartido la alcaldía durante 24 años. En Sant Boi de Llobregat la situación es similar: Lluïsa Moret, también presidenta de la Diputació de Barcelona, hace 10 años que gobierna, como antes lo había hecho Montserrat Gilbert durante una década, entre 1997 y 2007. En total, veinte años con alcaldesa. En la segunda ciudad de Catalunya, l'Hospitalet del Llobregat, ya hace 16 que gobierna Núria Marín,  la primera mujer que llegó a este cargo en el 2008.

Primeras pasas por la feminización de las Diputaciones

En las diputaciones, los organismos que agrupan todos los municipios de las demarcaciones, la situación no es muy diferente de la de las capitales catalanas. La de Barcelona hace años que está presidida por una mujer: la pionera fue Mercè Conesa, exalcaldesa de Sant Cugat; la legislatura pasada la encargada de dirigirla fue Núria Marín y ahora ocupa el cargo Lluïsa Moret. En Lleida la única presidenta ha sido Rosa María Perelló, entre el 2018 y en el 2019, mientras que en Tarragona tras las elecciones municipales del 2023 una mujer, la republicana Noemí Llauradó, ha ocupado esta posición por primera vez a la historia. La de Girona, en cambio, solo ha estado dirigida a estas alturas por hombres.