El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, se presentó ayer al homenaje por el 86 aniversario del bombardeo de Gernika (Vizkaya) con una bandera española, y eso ha provocado una enorme polémica. Bolaños no se encontró con la ofrenda de la bandera ya depositada, sino que entró al acto llevándola él mismo y mostrándola de forma ostensible. Era la primera vez que un miembro del Gobierno español participaba en esta conmemoración.

Plataformas como Donostia Bai han considerado una "ofensa" que el ministro hiciera esta ofrenda con la bandera española, y recordaron que la enseña monárquica la instauró el dictador Francisco Franco después de la guerra civil, para relevar la bandera española republicana. "¿Hay que recordar al Gobierno más progresista del mundo mundial que por la imposición de esta bandera, Franco ordenó bombardear Gernika? Presentarse en Gernika con esta bandera es un insulto a Gernika y a toda Euskalherria", ha añadido.

A diferencia de lo que sucede en Alemania, donde el gobierno alemán reconoce que el ejecutivo nazi era su predecesor, porque era el gobierno legal del momento, y por eso sigue pidiendo perdón por lo que hizo Adolf Hitler, Bolaños se presentó curiosamente como víctima de su antecesor legal. "Representamos al gobierno legítimo atacado con el bombardeo", aseguró. Pero la bandera que portaba era la del antecesor.

Tanto el lehendakari Iñigo Urkullu como el ayuntamiento de Gernika habían pedido que el representante del Gobierno español pidiera perdón por el bombardeo, tal como habría hecho el gobierno alemán, pero Bolaños no hizo caso.

El bombardeo de Gernika fue un ataque aéreo que la Legión Cóndor alemana hizo el 26 de abril de 1937 a Gernika en apoyo a Franco. Aunque no fue el primer bombardeo de la historia en que una población civil fue atacada con el aparente propósito de producir la destrucción total, tuvo un impacto mundialmente conocido. Y el pintor Pablo Picasso lo dejó patente en su cuadro Guernica.