La séptima sesión del juicio contra Laura Borràs, acusada de fraccionar contratos en favor de Isaías Herrero, cuando era directora de la Institució de las Lletres Catalanes (ILC) ha sido muy técnica y tensa, este lunes en el TSJC. La vista ha empezado con la prueba pericial en la cual se ha mantenido la confrontación de dos posturas: la de los tres peritos de la Guàrduia Civil con la de los peritos de Borràs,  Luis Enrique Hellín y Javier Rubio.  La pericial es clave para la presidenta de Junts porque hay correos electrónicos de ella con Herrero, donde le explica que hay que hacer tres presupuestos para obtener un contrato de la Institució, y por eso su defensa insiste en que sea excluida porque, además, también tiene irregularidades, confirmadas en esta sesión, puesto que no se conservaron correctamente, hecho que abre la duda de si fueron manipuladas.

La fiscal Teresa Duerto ha centrado la primera media hora del interrogatorio sobre la pericial hecha por tres agentes de la Guardia Civil a intentar demostrar que no se ha roto la cadena de custodia de los tres discos duros externos, como sostienen los peritos de la defensa. Los Mossos almacenaron toda la información que extrajeron del ordenador de Isaías Herrero en tres discos duros, en noviembre de 2018, y que tienen que tener una firma digital, denominada Hash, por garantizar que no se ha manipulado el contenido.

'Hash' diferentes

El agente ha admitido que solo un disco duro o evidencia (C1) tenía Hash, y dos números diferentes al ser extraído dos veces: uno el 31 de enero de 2019 y el segundo el 16 de octubre de 2020, en el Tribunal Supremo, donde se hicieron copias a las defensas. Sobre este extremo ha sido contundente el perito de Borràs, Javier Rubio: "Son dos Hash que no coinciden y eso quiere decir que son dos evidencias diferentes, y no sabemos qué se ha modificado del contenido. Cada evidencia solo puede tener un Hash, que es un cálculo matemático." A preguntas del abogado de Borràs, Gonzalo Boye, sobre si los discos duros son los mismos los que extrajeron Mossos y las copias que tienen, el segundo perito Enrique Hellín ha asegurado: "No se puede garantizar que los discos duros sean los mismos." Por el contrario, el agente de la Guardia Civil ha contestado que "no es tan importante el Hash sino el contenido que contiene la evidencia o el Cd y que este no se modificó mirando las particiones".

 

Inicialmente, el objeto de la pericia encargada por el juzgado de Barcelona era encontrar el código fuente de los documentos, como de una factura, ha explicado uno de los agentes. "No pudimos llegar a esta conclusión porque nos faltaban datos", ha declarado un agente de la Guardia Civil cuándo la fiscal le ha preguntado si los 18 contratos, que suman más de 335.000 euros,  que Borràs adjudicó a Herrero "formaban parte de un único proyecto o varios". La defensa de Borràs sostiene que son cuatro proyectos diferentes, y, por lo tanto, no existe fraccionamiento.

Por su parte, Gonzalo Boye ha insistido en preguntar al perito de la Guardia Civil cómo se podía saber que el material original extraído del ordenador de Herrerro es el mismo que las copias, con las cuales trabajaron e hicieron los informes. ¿"Es un acto de fe"?, le ha lanzado Boye, y el agente ha contestado que "no hay ninguna prueba", pero que se podría comprobar yendo a los documentos.

 

El juicio se reanudará a las tres y media de la tarde con la declaración de Laura Borràs, que tendrá que decidir si declara solo a su abogado o también en la Fiscalía. Por estos hechos, la Fiscalía pide 6 años de prisión y 21 de inhabilitación a Borràs y Herrero por los delitos de falsedad documental y prevaricación. Al final de la sesión, las fiscales pueden anunciar si modifican las conclusiones, es decir, si rebajan la petición de pena a Herrero y Andreu Pujol (que se enfrenta a 3 años de prisión), cómo trascendió el primer día del juicio.