Primeras declaraciones de Pau Juvillà ahora que ya no es diputado, las cuales ha hecho pidiendo en todo momento abandonar los reproches entre los partidos independentistas y poniendo en valor estas semanas en que se ha intentado, sin éxito, plantar cara a la represión del Estado. Finalmente el escaño del cupaire fue retirado el 4 de febrero con efectos retroactivos desde el 28, según explicó ayer la secretaria del Parlament en una carta, en unas informaciones que han ido llegando con cuentagotas y que han provocado muchas críticas entre los partidos independentistas. Ayer mismo la presidenta del Parlament, Laura Borràs, aseguraba que la culpa del desafortunado resultado es de ERC y la CUP, por no haber querido aceptar una propuesta que la presidenta asegura que presentó, una propuesta que según los republicanos no tenía concreción. La CUP ayer no dijo nada y hoy Juvillà ha pedido abandonar los reproches, porque hacen un flaco favor al país: "Si la culpa la tiene que tener alguien, ya la asumo yo. Ningún problema".

 

En una entrevista en Catalunya Ràdio Juvillà ha puesto en valor que mientras que el independentismo venía de un espacio fragmentado, ha hecho el esfuerzo de encontrarse y hablar. En este sentido ha reivindicado que los tres partidos han hecho reuniones semanales e incluso diarias, y que ponerse de acuerdo no ha sido fácil, pero que el camino hecho hasta ahora es positivo porque ahora habrá que abordar nuevos casos represivos como son los de la diputada también anticapitalista Eulàlia Reguant o de los republicanos Lluís Salvadó y Josep Jové. Para Juvillà, no hay que dar la imagen d'enfado sino de esperanza, y poner en valor que el "mínimo común denominador es la unidad represiva".

El exdiputado considera que el camino hasta ahora ha salido bien hasta cierto punto, y que ahora se tiene que poder hacer mejor: "La esperanza es que nos encontramos juntos en esta lucha antirrepresiva". Preguntado específicamente sobre la propuesta que Borràs asegura que trasladó al resto de grupos, ha asegurado que no saben a qué propuesta se refiere, y ha reivindicado que en las reuniones todos los grupos llevaban propuestas y que en ningún caso la CUP se mostró contraria a ninguna: "Aseguro que la CUP siempre las ha apoyado todas", negando así las declaraciones de Borràs donde aseguraba que los otros dos partidos la dejaron sola en su estrategia: "A la presidenta del Parlament no le queremos ningún daño. No queremos exponerla en absoluto", ha dicho después de que desde Junts haya asegurado que la CUP quería enviar a Borràs a la "papelera de la historia". Y al igual que ha tenido palabras para Borràs, las ha tenido también para otros miembros de la Mesa como los republicanos Alba Vergés y Rubén Wagensberg y de Junts para Aurora Madaula.

La incógnita que se sigue cerniendo estos días es sobre cuándo dejó de ser diputado Juvillà. Si bien ayer por la noche la secretaria general del Parlament dijo que dio el orden de retirada el jueves por la tarde con efectos retroactivos, Juvillà ha explicado que intuyeron que ya no lo era en el momento en que no se le dejó votar en el último pleno, cuando entonces Borràs dijo que era por un "conflicto de intereses" ya que el único punto del orden del día era aprobar el dictamen que pedía preservar el escaño de Juvillà. El exdiputado ha asegurado que no tiene ninguna comunicación del Parlament conforme ya no es diputado, y que la única información que ha tenido ha sido un mensaje en el móvil de la Seguridad Social diciendo que está dado de baja. Estas declaraciones las ha hecho Juvillà mientras en paralelo llegaba una comunicación del Parlamento que ha publicado en Twitter Reguant. Preguntado sobre qué pasará ahora con su escaño —si será sustituido por la siguiente en la lista o no— ha dicho que la CUP reivindicó que hasta que la sentencia no sea firme no se moverán, lo que según ha dejado entrever significa que a estas alturas nadie sustituirá a Juvillà.

Juvillà también ha reflexionado en todo momento sobre el hecho de que la culpa de todo la tiene la represión del Estado, un Estado que "intenta llegar judicialmente allí donde no puede llegar políticamente", y ha lamentado que se esté viviendo en un contexto donde el Estado español está atacando constantemente el independentismo. A pesar de eso, ha asegurado que en el Parlament se han hecho cosas que no se habían hecho hasta ahora para plantar cara a estas injerencias: "Eso va de lucha colectiva, plural y pública", ha cerrado, y ha asegurado que volvería a poner lazos amarillos en su despacho de la Paeria de Lleida, porque fue una decisión colectiva de desobediencia para visibilizar una causa. Una decisión que lo ha llevado a él, a nivel individual, a seis meses de inhabilitación.