El 29 de mayo de 1960 ocho mujeres participaron en el salt de maces de la Patum de Lluïment. Lo hicieron a escondidas, y la gente que llenaba la plaza no supo que eran mujeres hasta que terminaron el baile y se quitaron la máscara. "La Patum era cosa de hombres", explica Maria Casals, actual jefa del grupo de las Maces. Sesenta ediciones de Patum más tarde, el grupo de las Maces les ha querido rendir homenaje y este jueves protagonizarán un salto exclusivo de mujeres. Está previsto que entre los asistentes haya algunas de aquellas ocho pioneras y que homenajeadas y homenajeadoras se hagan una fotografía juntas.

Como en 1960, ocho serán las mujeres que participarán en el salt exclusivo de mujeres de este jueves por la mañana. Cinco de ellas forman parte del grupo, y las otras tres, que no forman parte, debutan por primera vez en este baile de la Patum. Entre las novatas está Meritxell Sala, nieta del compositor de la música del baile, Joan Trullàs.

Casals, que a la vez es la primera jefa que han tenido las Maces, explica que antes de la reivindicación del año 1960 "las mujeres habían empezado a hacer algún salt de plens, porque como iban vestidas no las reconocían". Pero en aquella  Patum de Lluïment del 29 de mayo quisieron dar un paso más y después del salto se quitaron la máscara para poner de manifiesto que eran mujeres.

De hacerlo a escondidas a la paridad

La jefa de las Maces afirma que, afortunadamente, se ha dado la vuelta a la tortilla y cada vez "hay más mujeres que hacen Patum". Reconoce que, como es obvio, hay comparsas en las que por el "componente físico", como los gigantes, es "más difícil", pero que ya casi no hay diferencias.

Ariadna Cortina, integrante del grupo y una de las participantes del salt de mujeres de este jueves de Patum, confirma que en el grupo de las Maces hay "paridad". "Por suerte, ser mujer no es un impedimento", añade. Cortina, de familia de Patum, no tenía intención de saltar este año, pero cuando supo que tendría lugar este salto cambió de idea. "Es algo que recordaremos siempre; me hace mucha ilusión", dice.

"El sueño de mi vida"

Meritxell Sala siempre ha querido participar en el salt de maces, pero como no forma parte de ningún comparsa, dice, es complicado. "Es el sueño de mi vida hecho realidad", asegura. Nieta del autor de la música del baile, afirma que lo que vivirá el jueves será un momento "muy emotivo", porque por fin podrá bailar con "la música del abuelo" y "homenajear a las mujeres".

Salto de mazas|mazos mujeres Patum ACN

Meritxell Sala y su hija / ACN

Sala, sin embargo, no será la única descendiente de Moliera que participará en la Patum. Su hija Sofía también participará en el salt de maces en la Patum Infantil. Tras cinco ediciones participando en el sorteo, este año le ha tocado. La pequeña dice que es un auténtico "honor" y que ha disfrutado mucho en los ensayos de estos días. "Vengo a la Patum desde que era un bebé y nunca me ha dado miedo", explica, y remarca que a pesar de vivir y haber nacido en Girona "yo soy berguedana".

Una música polémica

La música de Moliera fue compuesta en 1953, pero no se estrenó hasta 1963, tres años después de aquel primer salt de mujeres. Sólo se puede oír en la Patum de Lluïment, ya que por la noche las maces evolucionan al sonido del tambor. Sala explica que se trata de una música "calculada al milímetro" para permitir llevar la maza y saltar. "Puso mucho cariño, porque admiraba mucho la fiesta", asegura.

Desgraciadamente la música se estrenó en medio de una polémica que hace que todavía hoy los asistentes la silben. Algunos detractores de que Moliera compusiera la música la boicotearon con silbidos aquella primera edición de 1963, unos silbidos que se repiten todavía hoy. "Me da mucha pena estar en medio de la plaza en este momento tan intenso y oír silbidos", dice la nieta, que asegura que a su madre, hija del autor, le cuesta ir a la plaza por esta actitud. Explica que el propio Moliera al final de su vida optó por dejar de ir para no oírlos. "Creo que es hora madurar todos juntos y dejarlo pasar", apela Sala, que califica la actitud de un "vicio" de mal gusto.