El Pacte Nacional pel Referéndum se ha puesto en marcha esta tarde en el Parlament para impulsar la campaña de búsqueda de adhesiones en Catalunya pero también en el Estado y en Europa. Los representantes del Pacto han explicado que, con este objetivo, pedirán reuniones con el Gobierno español y con todos los partidos estatales. Lo hacían a la misma hora en que trascendía desde Madrid los planes del Gobierno español para frenar el referéndum, si hace falta precintando los colegios electorales.

La reunión se ha puesto en marcha poco después de las cuatro de la tarde encabezada por el president, Carles Puigdemont, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que antes de entrar en el auditorio de la Cámara catalana ha lanzado un toque de atención hacia aquellos que se muestran escépticos en relación a las posibilidades de esta iniciativa y la tildan de inútil.

El mensaje de Colau ha llegado donde hacía falta. "El pacto es muy potente", ha asegurado la cupaire Anna Gabriel al acabar la reunión. Gabriel ha insistido en la escasa confianza sobre las posibilidades del acuerdo con el Estado pero ha añadido que "no es el momento de adjetivar nada, el referéndum se defiende por sí mismo".

El coordinador del Pacto, Joan Ignasi Elena, ha sido el responsable de explicar a los asistentes a la cita la voluntad de pedir reuniones con electos locales, y hacerlo también en el conjunto del Estado, lo cual incluye encuentros con el Gobierno español y los partidos estatales- y al mundo, particularmente Europa, a través de los grupos parlamentarios de la eurocámara.

El objectivo es explicar que el referéndum es legal y posible. "Lo que es inadmisible es esconderse bajo una falsa legalidad para no querer dialogar sobre la voluntad del pueblo de Catalunya", ha advertido.

Con todo, la voluntad del Gobierno de actuar contra un posible referéndum si hace falta precintando los colegios electorales ha marcado buena parte de la reunión. Puigdemont, al finalizar el encuentro, ha expresado su opinión a través de un tuit, advirtiendo que la democracia no se puede precintar.

Para la cupaire, Anna Gabriel, se trata de amenazas "lamentables, pero previsibles", mientras que el presidente de Òmnium Cultura, Jordi Cuixart, ha advertido que hay que tomar nota de estas amenazas que demuestran una "carece de calidad democrática".