El líder de Podemos, Pablo Iglesias, sólo pasará un día en Catalunya de las dos semanas de campaña electoral. Será este sábado, en un gran acto en Arc de Triomf, en el que también asistirá la cara visible de Izquierda Unida, Alberto Garzón, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mònica Oltra. Así lo confirmó el equipo de campaña de En Comú Podem, el día en que compartieron con la prensa qué actos, estrategia y resultados se habían fijado para las generales del 26-J.

Que Iglesias haya ido reduciendo su presencia en territorio catalán no es casual, y obedece a una estrategia de los comunes con el fin de marcar distancias con la candidatura estatal. De hecho, el acto en sí, de matriz “plurinacionalista”, ya es una demostración de que Iglesias no es parte del actor político, sino una alianza, en este caso del Estado.

El 27S, cuando el podemita llegó a pasar al menos en cinco ocasiones por Catalunya, incluso la entonces secretaria general de Podem, Gemma Ubasart, criticó "el exceso". "No hemos sabido dosificar las intervenciones de dirigentes estatales. Es relevante que vengan y un valor añadido, pero su presencia fue demasiado destacada", remachó entonces, lamentando que quitó peso a "el eje nacional". 

El grupo propio

A partir de este punto, la cifra de visitas ha ido sufriendo una bajada exponencial. De 5 en septiembre, a 3 en diciembre y a una ahora en junio. Y a pesar de todo, no llega a cero, que es lo que habrían querido algunos de los integrantes de la confluencia, con el objetivo de tener más autoridad para confrontarse contra una eventual Mesa del Congreso que quiera bloquearles el grupo propio. Una de las cosas a que se puede coger el órgano parlamentario es a esta participación conjunta en actos, para justificar que no han competido entre ellos electoralmente y que, por lo tanto, no pueden tener grupos separados.

Pero Podem en Catalunya no estaba dispuesto a llegar a este punto. De hecho, fue una de las discusiones que tuvieron lugar en el sí de las negociaciones con ICV, BComú, Equo y EUiA. Apartar hasta tal punto la figura de Iglesias habría sido entendido como una humillación y una falta de respeto. Tampoco llegaron a aceptar incorporarse como independientes al partido instrumental, renunciando a qué su logo apareciera a los carteles y propaganda de campaña.

La alternativa

De momento, la solución que se encontró en Podemos para la pasada legislatura es dividir el tiempo de intervenciones entre las confluencias territoriales (con Compromís descolgándose y yendo al grupo mixto), así como libertad de voto y presencia en las negociaciones para un gobierno. Sin embargo, aunque Xavier Domènech haya asegurado recientemente que se ha encontrado “cómodo”, la realidad es que querrían la independencia total.

Lo que acabará pasando no está claro. Los diversos candidatos de la confluencia han admitido en los últimos meses que todo se trata de una decisión política. Faltará por ver si en esta ocasión, si se hace realidad el sorpasso, el PSOE cambia de opinión y se aviene a hacer posible aquello que durante años y años han reclamado a sus socios del PSC sin éxito.