El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha considerado este martes que las diferencias entre el Govern de Catalunya y el Ejecutivo español se solucionan con diálogo y trabajando "por el bien común", poniéndolo por delante de los intereses personales y políticos.

"Lo más importante es avanzar por el camino del diálogo; el diálogo es fundamental en la familia, la sociedad y la política, en todos los ámbitos. Si no hay diálogo, hay enfrentamiento", ha afirmado el arzobispo en una rueda de prensa previa a su creación como cardenal este miércoles en el Vaticano.

"Favorecemos el diálogo, evitamos la confrontación y el enfrentamiento entre unos y otros trabajando por el bien común. Yo creo que eso tenemos que mantenerlo por encima de nuestros pensamientos personales, de grupo o políticos," ha añadido.

Omella será uno de los cinco cardenales que mañana creará el papa Francesc en su cuarto consistorio y pasará así a formar parte de los 121 purpurados del colegio cardenalicio que podrán elegir a un futuro pontífice en un cónclave. De estos 121 electores, 53 serán de Europa y 68 del resto del mundo, cosa que demuestra el afán de Francesc para dejar claro que la Iglesia católica es universal, en palabras del arzobispo.

Nacido en Cretes (Teruel) en abril de 1946, el arzobispo será desde este miércoles el octavo cardenal de Barcelona. La decisión del papa de crearle cardenal fue una sorpresa, ha dicho, porque no era una cosa que había buscado o imaginado a lo largo de su vida. "Nunca soñé, cuando era pequeño, (que pudría) ser obispo y muchísimo menos cardenal. Yo quería ser misionero en el África o cura de pueblo", ha confesado.

Este martes recibirá de manos de Francesc la birreta cardenalicia, roja en memoria de la sangre de los mártires que dieron la vida para defender su fe, y el anillo, símbolo de su nuevo compromiso universal con la Iglesia católica.