Dos relatos se superponen a la política española esta semana. A una banda|lado, la carta de Oriol Junqueras, avalando los indultos y apostando por vías de resolución dialogadas. En las antípodas, la triple derecha de Colón, que se exalta contra cualquier medida de gracia. En este contexto, desde La Moncloa se aferran al "gesto" del líder de Izquierda para justificar su vía. Pero, a cinco días de la concentración ultra, la portavoz María Jesús Montero también se ha querido dirigir a los que lo observan con reservas. "Como país tenemos derecho a pasar página", ha defendido. Ha reiterado que su plan se encuentra "dentro de los límites". Y ha argumentado que la alternativa, el no hacer nada, es justamente lo que ha llevado hasta esta situación.

En varios momentos de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la ministra-portavoz ha dirigido un mensaje a los que "viven con preocupación y sufrimiento" tanto lo que pasó el otoño del 2017 como los indultos a los presos políticos. Montero ha subrayado que "el gobierno no es ajeno a estos sentimientos", pero de la misma manera ha defendido que "no tiene sentido dejar la herida" entre la sociedad catalana y la española que siga "sangrando". Y ha insistido: "Somos conscientes de que muchos españoles les costará pensar si realmente es conveniente dar un paso en la dirección del acercamiento y el perdón".

 

María Jesús Montero ha reclamado a los ciudadanos que tengan "reservas o dudas" que "confíen en la capacidad de diálogo" de este gobierno, a diferencia del anterior, que llevó el conflicto hasta donde lo llevó. Para calmar a todo el mundo la dirigente socialista sí que ha prometido "pasos contundentes" para resolver el conflicto político, pero todos "dentro de los límites que todo el mundo conoce". En estos "límites que todo el mundo conoce" no existe el referéndum de independencia, como ha dejado claro a preguntas de los periodistas.

Ha incidido especialmente en diferenciar su estrategia de la del gobierno de Mariano Rajoy, que con su inacción incrementó los decibelios y precipitó los acontecimientos. "Con este gobierno esto no pasará, porque vela por el cumplimiento a la legalidad y porque no se produzca ninguna de las situaciones que se produjeron con el gobierno del PP", ha dejado claro. También ha contrapuesto con la actitud de la oposición de derechas, que "parece que se sienten cómodos en una situación de enfrentamiento que propician algunos partidos independentistas".

Ahora el calendario llevará a una reunión entre los presidentes Pedro Sánchez y Pere Aragonès en el Palacio de La Moncloa, como manda el protocolo. Todavía no se sabe la fecha, a expensas de la agenda internacional del líder socialista, pero muy probablemente tendrá lugar antes de la concesión de los indultos, que se esperan a finales de junio o principios de julio. Por lo que respecta a la mesa de diálogo, desde el ejecutivo central quieren reactivarla "a la mayor brevedad posible", cuando así lo solicite la Generalitat.

Desde La Moncloa reiteran su mensaje: "El gobierno tiene la obligación de hacer lo mejor y creemos que lo mejor que puede pasar es que dejrmos atrás este episodio y trabajar por el reencuentro de los lazos efectivos entre catalanes y entre Catalunya y España y apostar por el diálogo como oportunidad para arreglar los conflictos de la manera más democrática y civilizada posible".

La carta tiene "coste" para Junqueras

La carta de Oriol Junqueras ha centrado buena parte de las preguntas a la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Fuentes del Gobierno admite que se trata de un gesto que "tiene un coste" para el mismo presidente de Esquerra Republicana, y que valoran muy positivamente porque va "en la dirección correcta". En La Moncloa, sin embargo, hay cierta preocupación por la presión que puedan ejercer tanto Junts como la CUP para mantener las vías unilaterales. Con respecto a su propio coste, insisten en que es más alto el coste de no hacer nada.