El acuerdo que han cerrado JxCat y ERC sobre la delegación del voto de Carles Puigdemont y los diputados de su grupo que están encarcelados ha encendido de nuevo la Mesa del Parlament. El órgano de gobierno de la Cámara ha aceptado con cuatro votos a favor y tres en contra la delegación de votos de Carles Puigdemont y los diputados de JxCat, a pesar de las "dudas" que han expresado los letrados. La oposición ha respondido con la presentación de mociones de reconsideración.
Ya ha presentado la moción de reconsideración el PSC, mientras que Cs y PP están preparando sus mociones en este sentido. Eso obligará a reunir de nuevo la Mesa para aceptar a trámite las iniciativas, ahora mismo y justo después la Junta de Portavoces y la Mesa de nuevo para tomar la decisión final y retrasará todavía más el pleno de la Cámara, que tenía que haber empezado a las 12 del mediodía.
Los letrados, aunque han valorado que el escrito del portavoz de JxCat ha incorporado los avales firmados por los diputados afectados, han expresado las "dudas" ante el hecho de que el documento habla de "delegación" del voto, cuando la resolución aprobada el martes pasado hablaba de "diputados designados" para asumir las funciones de los que se ven afectados por el auto de Llarena.
Tanto JxCat como ERC han considerado que con la referencia que se hace en la petición a la declaración del 2 de octubre, la delegación que pide JxCat se adecua a las exigencias del juez.
Durante el debate, Ciudadanos ha amenazado con querellas si se permite la delegación del voto después de que el juez Pablo Llarena ha dictado la suspensión temporal de los diputados encausados para el 1-O.
También los Comunes, que avalaron la declaración del martes que rechaza la suspensión de los diputados ha mostrado durante la reunión de la Mesa la preocupación por la "inseguridad jurídica" que esta decisión puede provocar y han advertido que han "acompañado" hasta aquí la reivindicación de los diputados de JxCat y ERC con "condiciones determinadas" que ahora ya no existen, a su entender.