"Llevábamos armas, cargadores y muchísimo material". Así ha empezado la declaración de la tarde en el Tribunal Supremo del jefe del dispositivo de seguridad del 20-S. Dentro del vehículo había fusiles GHK y fusiles CETME.

El guardia civil ha situado a Jordi Sànchez como quien controlaba la masa y daba órdenes a los Mossos d'Esquadra: "Cuando empezaron a decidir cogió el mando el señor Sànchez y la intendente asentía", ha dicho en la misma línea que el testigo anterior, que ha señalado a Jordi Sànchez como la persona que cogió las riendas y ordenaba a los Mossos lo que tenían que hacer.

"Al principio no había mossos, pero llegaron al cabo de poco tiempo", ha concretado a preguntas del fiscal Jaime Moreno. El testigo ha ido detallando cómo entraron todos los funcionarios y dónde se fueron colocando los agentes: "Dos fuera y dos en la parte de dentro donde había el personal de seguridad".

"Colocamos un vehículo en un chaflán. Preguntamos si molestaba y nos dijeron que no. Y al cabo de poco rato la gente que había por allí se levantó y empezó a gritar 'votaremos'. Al cabo de poco rato empezamos a ver gente con banderas", ha explicado el testigo, que ha calculado que desde que llegan hasta que empieza la concentración pasan entre 45 minutos y una hora.

Los vehículos y las armas

Hasta las 11 de la mañana se podían haber retirado los coches y ponerlos dentro del garaje de la conselleria, según ha dicho el testigo, pero no recibieron respuesta de Mossos, a pesar de habérselo comunicado a la intendente Teresa Laplana. Según el guardia civil, a partir de las 12 horas empezaron a subir sobre los vehículos. "Tiraron un cono amarillo fluorescente que estaba dentro del coche", ha relatado.

"Los coches estaban cerrados, si han lanzado eso es porque han roto la ventana o han abierto la puerta", ha expuesto que alertó a Laplana. Pero según el testigo, la intendente de los Mossos no le dio ninguna solución.

"No hay ningún protocolo en relación a llevar armas en los coches, lo más normal es que las armas estén en el maletero", ha dicho a preguntas de Xavier Melero, abogado de Quim Forn.

Vi a Sànchez y Cuixart dirigirse a la multitud encima de un Nissan Patrol. No se lo autorizamos

El testigo ha negado dar permiso a Sànchez y Cuixart para que se subieran al coche para desconvocar. Aunque ha afirmado que no les hubiera dicho que no si se lo hubieran pedido: "No les habría denegado que lo hicieran. Me daba igual, los vehículos ya estaban destrozados". El agente ha explicado que no tenía conocimiento de que la concentración se desconvoca a las doce de la noche.

Sobre Jordi Sànchez, según el testigo, a las 10h de la mañana ya está delante de la conselleria, pero hasta al mediodía no entra dentro. A Jordi Cuixart lo sitúa en el lugar de los hechos "más tarde", sin concretar.

"Por la tarde-noche hablo con Sànchez en el hall y me dice que la intendente le ha dicho que había armas y yo le digo que hay material muy sensible", y que, sin embargo, no hicieron nada.

Según el jefe del dispositivo de seguridad, robaron munición y todo el material de una cámara GoPro, cinco placas de matrículas, unas llaves de recambio, copias de documentación de los coches, tarjetas de reportaje y parte de la emisora. Lo que no se llevaron fue un Tom-Tom, porque lo llevaba el testigo encima.

El testigo también ha enumerado todos los insultos: "Asesinos, fascistas, cabrones, hijos de puta...". Y ha relatado las amenazas: "Hacían con el dedo como si nos cortaran el cuello. No saldréis de aquí". Y ha resoplado. Pero todo eso no lo explicó durante su declaración como testigo en la Audiencia Nacional y Jordi Pina ha querido mostrar la contradicción o el falso testimonio.

Y Manuel Marchena ha hecho cambiar las preguntas, aunque la declaración está incluida en la causa, y todo y que en el caso de otros testigos sí que se los ha podido interrogar sobre lo que no habían dicho anteriormente y ahora han añadido.

Yo no veía claro que la secretaria judicial saliera por la puerta con un cordón de voluntarios

El jefe del dispositivo de seguridad ha reiterado las declaraciones de la mañana del jefe del dispositivo del registro: "Una mossa nos dijo que si salíamos por la puerta con las cajas, nos habrían matado o masacrado".

El guardia civil, como el resto de los que han declarado hasta ahora y que estuvieron el 20-S en la Conselleria d'Economia, no vio el escenario ni oyó los conciertos que se daban: "No vi ningún escenario, su existencia me parecía surrealista".