Sant Jordi mata a la araña hoy en el Tribunal Supremo. Los hombres de confianza y exconsellers del Govern de Carles Puigdemont desfilan hoy por la sala de vistas. Interrogatorios sin rosas y sin libros, pero con muchas espinas.

Pere Aragonès, el vicepresidente del Govern ha pedido no declarar. Y, sorpresivamente, Manuel Marchena, le ha concedido la petición.

Aragonès no está imputado pero sí que estuvo investigado por el juzgado de Instrucción 13 de Barcelona. Ante su aforo el juez trasladó el caso al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya que todavía no a decidido si le imputa o no.

Ante este hecho que "puede dibujar un escenario jurídico" afectando a Aragonès si declara hoy, Marchena le ha preguntado que si se quiere acoger a su derecho a no declarar, lo puede hacer.

Y el vicepresidente se ha acogido y se ha marchado. Una frase y dos minutos de comparecencia que ha dado paso a los exconsellers que terminaron en julio del 2017, justo antes del referéndum del 1-O.

Los cargos de confianza

Joan Vidal Ciurana, gerente de Òmnium y secretario de Govern de la Generalitat ha empezado el turno de los cargos de confianza que este Sant Jordi comparecen como testigos en el juicio en el procés. Y lo ha hecho insistiendo con la idea que nunca se habló de uniteralidad y que "la voluntad era de un referéndum acordado".

Ha explicado su relación con Josep M. Jové con quien se reunió varias veces: "Jové y yo teniamos la responsabilidad de que la acción de gobierno fuera lo máximo de cordial". Vidal Ciurana ha explicado a preguntas inquisitivas de la fiscalía que en junio del 2016 se hablaba de cómo se adaptaba el programa electoral a la realidad postelectoral o los pactos con el resto de fuerzas políticas, en ningún caso de realizar ningún referéndum y menos unilateral. "El referéndum entra en escena más tarde. Hasta que no hay la cuestión de confianza no se habla de referéndum", ha afirmado.

"Nunca he tenido ningún encargo relacionado con el referéndum", ha insistido ante las preguntas insistentes de Consuelo Madrigal y ha aclarado que "se planteaba públicamente que se estaba abierto a cualquier negociación para llevar a cabo el referéndum".