Las imágenes del 1-O han inundado, hoy sí, la sala del Supremo que juzga el procés. El tribunal ha tenido que contemplar los vídeos de las cargas policiales, los golpes, los empujones, los mazos destrozando puertas, gente lanzada escaleras abajo en el IES Pau Claris, la carga con porras sin provocación en la escuela Verd de Girona, la mujer herida en el Nen Jesús de Barcelona, caras ensangrentadas, gritos de incredulidad... y resistencia pacífica de la gente.

En todas las imágenes se observa cómo los votantes aguantan sin violencia hasta que la policía los arrastran por los brazos y las piernas, y en algunos casos los lanzaban contra el suelo, para conseguir entrar en los colegios. Una GoPro del centro Mare Nostrum de Barcelona ha mostrado cómo los responsables de las mesas observan sin mover un dedo la retirada de las urnas y el material electoral.

En el exterior de los colegios se repiten los llamamientos a no responder a las cargas, brazos arriba, gente sentada en el suelo, el grito somos gente de paz o queremos votar. También insultos e intentos de hablar con los agentes.

El ambiente se ha ido tensando en la sala a medida que avanzaban las imágenes, especialmente en el primer tramo de la mañana. El pistoletazo de salida lo ha marcado al abogado Andreu Van den Eynde. El silencio ha sido absoluto en todo momento y se condensaba en los fragmentos en que el presidente de la sala, Manuel Marchena, ordenaba sacar el audio de las imágenes para evitar la voz en off de los periodistas.

El tribunal ha tenido que contemplar estoicamente las imágenes que se habían evitado a lo largo del todo el juicio y que no se pudieron contraponer con las denuncias de violencia de los agentes del CNP y la Guardia Civil que han declarado. Lo seguían desde la pantalla que hay situada en un lateral, detrás del ministerio fiscal. De vez en cuando, tomaban notas.

Sonrisa de Vox

Desde el banco de la acusación popular, el letrado de Vox y diputado en el Congreso por esta formación Pedro Fernández no ha apartado los ojos de la pantalla en todo momento contemplando con la cabeza alta y una sonrisa burlona y constante las cargas policiales. A su lado, el número dos del partido, Javier Ortega Smith, optaba por contemplar su ordenador e ignorar el visionado. De vez en cuando, levantaba la mirada, intercambiaba comentarios con Fernández y compartían la sonrisa.

Tampoco la número dos de la Abogacía del Estado, Elena Sáenz, ha mostrado especial interés por contemplar los vídeos. El resto de las acusaciones han guardado las formas mientras se proyectaban las pruebas documentales de las defensas.

En los laterales de la sala, los dos únicos policías uniformados que se encargan de la seguridad ―el resto van de paisano― parecían abducidos por las imágenes, incapaces de apartar los ojos de la pantalla.

Las imágenes se han ido sucediendo: colegio Infant Jesús, Escuela Mediterrània, Escoles Pies, Pau Claris, Escola Projecte, Orlandai, Joan Fuster, Sant Carles de la Ràpita, Sant Iscle de Vallalta, CAP Guinardó, Àgora, Aguamarina, Els Horts de Barcelona, Víctor Català, Sant Martí Sesgueioles...

Los procesados, excepto Oriol Junqueras, Raül Romeva y Jordi Sànchez, han optado por seguir los vídeos desde la bancada del centro.

Sólo algunos de los comentarios irónicos que se escuchaban en los audios han conseguido destensar por unos instantes la rigidez del visionado. También las defensas han abierto algunos paréntesis, en el caso de Van den Eynde para exhibir una conferencia de Romeva en Bruselas el 18 de octubre del 2017 y Xavier Melero para proyectar imágenes de manifestaciones violentas que nada tenían a ver con el 1-O y un audio del conseller Joaquim Forn.

Esta tarde, seguirán las imágenes aportadas como prueba por las defensas.