Cuando el presidente del tribunal que juzga el procés, Manuel Marchena, se ha presentado esta mañana en la sala del plenos del Supremo, se ha encontrado con las mismas caras que dejó el jueves pasado en el banquillo de los acusados, pero en realidad todo había cambiado. En el lugar donde había exmiembros del Govern, esta mañana han aparecido cuatro diputados al Congreso, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, así como un senador, Raül Romeva.

Marchena tiene sentado en su sala al cabeza de lista que ha conseguido la victoria este domingo en Catalunya y al senador más votado. Además, a su izquierda, ha aparecido el diputado electo de Vox Javier Ortega Smith, que sigue con los trabajos de acusación popular como si nada hubiera ocurrido.

Los problemas de Marchena no hacen más que crecer desde que ha empezado el juicio, y si ya ha sido complicado tener candidatos en la sala, la presencia de parlamentarios amenaza con llenarlo de quebraderos de cabeza.

Las dos grandes cuestiones que tendrá que ventilar el tribunal son la toma de posesión de los nuevos diputados y el senador. Las defensas consideran que la presentación del acta y la comunicación de la situación patrimonial que se tiene que hacer de manera previa no requieren su presencia, pero sí hace falta que estén en la Cámara para jurar o prometer el cargo. Eso obligará a los presos a poder acudir al Congreso de los Diputados y al Senado para tomar posesión.

La otra gran cuestión es el suplicatorio. El artículo 752 de la ley de enjuiciamiento criminal deja claro que si un parlamentario es procesado, el juez tendrá que ponerlo inmediatamente en conocimiento de la Cámara. "Lo mismo se observará cuando haya sido procesado un senador o diputado a Cortes electo antes de reunirse éstas", añade.

"En todo caso, se suspenderán por el secretario judicial los procedimientos desde el día en que se dé conocimiento a las Cortes, estén o no abiertas", se asegura acto seguido en el artículo 753 que deja claro que eso tendrá que quedar así hasta que la cámara resuelva al respecto.

De momento, el Supremo no ha dicho ni pío, y los abogados estudian el escenario antes de mover pieza. No existe una situación similar previa en la cual buscar respuestas.

El tribunal intenta además capear las presiones que le llegan a través de informaciones que apuntan a una suspensión de los diputados, señalando el artículo 384 de la Lecrim que sirvió para suspender a los diputados del Parlament. Las defensas consideran que si los encausados tienen sus derechos intactos y han podido presentarse a las elecciones, también tienen que poder tomar posesión. Se preguntan cómo explicaría el tribunal lo contrario. Lo mismo que se preguntan en el Supremo, donde este lunes se ha levantado con caras serias.

En medio de este debate ha estallado este mediodía la decisión de la JEC de apartar de sus candidaturas a las elecciones europeas al president en el exilio, Carles Puigdemont, y a los consellers Toni Comín y Clara Ponsatí. La noticia ha sido un revés para los presos de JxCat, pero se sitúa en un plano muy distinto al de los diputados electos que están en el Supremo y que en su momento no tuvieron ninguna objeción de la JEC para concurrir a las elecciones.

Después de una noche electoral intensa que tuvieron que vivir en solitario, la satisfacción era evidente entre los encausados. Las defensas estudian los pasos a dar, pero no tienen duda de que el hundimiento del PP y el resultado de Vox, muy por debajo de las expectativas con que empezó la jornada, contribuirán a rebajar la presión sobre el tribunal. Consideran que el mensaje de las urnas es que la sociedad española pide templar el clima y rebajar la tensión. "Los leones tienen menos hambre desde ayer", sintetizaba alguien en los pasillos del Supremo.