La tesis de las defensas es que la única violencia que hubo en el proceso hacia el referéndum fue la de la policía española el 1-O. Todas las concentraciones que se hicieron fueron masivas. Y si bien es verdad que el 20-S, ante la concentración de la conselleria, la manifestación fue multitudinaria, nunca hubo disturbios que justificaran una actuaciones policial.

Los vídeos que se están exhibiendo en el juicio muestran claramente la resistencia pasiva y el ejercicio del derecho a manifestación. Sin incidentes. Pero estos mismos vídeos muestran cómo actuó la policía ante personas de todas las edades que estaban sentadas en el suelo o plantaciones delante de los colegios electorales y como los antidisturbios de la policía española y la Guardia Civil entraban a cargar obviando al principio de proporcionalidad que pidió la misma jueza del TSJC.

Las acusaciones han aportado vídeos para demostrar "la cara de rabia" y las "patadas en los testículos" que relataron los policías cuando comparecieron como testigos.

 

 

En las imágenes que han presentado hoy las defensas, aparte de la violencia policial también hay fotografías de cómo los agentes españoles requisaban las urnas sin ningún tipo de oposición por parte de los manifestantes. Se ven claramente las comitivas judiciales salientes sin problemas con las urnas. Y con eso lo que se demuestra es que no se opuso resistencia y que ni de lejos hubo ningún alzamiento tumultuario que justifique la rebelión.