El presidente en el exilio, Carles Puigdemont, ha defendido este martes desde Berlín que quien se sienta en el banquillo de los acusados del Tribunal Supremo no sólo son los doce políticos acusados sino "dos millones de personas". Es decir, todos los votantes del referéndum del 1-O, tanto los que votaron a favor como en contra de la independencia. "Hoy ellos también están acusados", ha denunciado en una rueda de prensa desde la delegación del Govern en Alemania delante una gran cantidad de prensa internacional.

Justamente el día en que ha empezado el juicio en el Tribunal Supremo, Puigdemont ha aprovechado su viaje a Alemania para recordar que hace seis meses el tribunal de Schleswig-Holstein denegó su extradición en España por rebelión, al considerar que no había habido violencia, mientras que en Madrid se juzga su Govern por este delito. "Hay un doble estándar", ha denunciado en este punto.

Así, el presidente en el exilio ha defendido que "poner las urnas no es rebelión" y ha instado al estado español a rectificar. Puigdemont considera que el estado español podría haber evitado este juicio, que ve como un "test" y una "prueba de estrés" para el propio sistema judicial español. En este sentido, el líder de JxCat ha denunciado que se trate de un "juicio político" y que "se siente como criminales a políticos que han actuado por lo que han sido "escogidos".

"No hay pruebas, no hay hechos y no hay crímenes", ha denunciado, después de instar al Estado a rectificar y asegurar que todavía cabe "la posibilidad de que rectifique y que se produzca la absolución".

"Quiero volver a casa, pero con garantías"

Puigdemont ha aprovechado la atención con la prensa para instar en "todas a los demócratas del mundo a reaccionar" y ha aconsejado a la prensa internacional presente que sigan todo el proceso judicial y se lean todos los escritos de defensa para que vean las "contradicciones". En este punto, también ha denunciado que no se haya permitido su testigo. "Creo que tengo alguna cosa que decir", ha defendido en este sentido, después de recordar que los consellers del Govern procesados "estaban bajo mis órdenes".

Preguntado por su exilio, Puigdemont, al lado del abogado Gonzálo Boye, ha vuelto a defender que no es un "huido" de la justicia porque Alemania denegó la extradición y la euroorden ha sido retirada y ha asegurado que está "a disposición de la justicia", pero no de una justicia "imparcial" como denuncia que hay en España. "Quiero volver a casa, con mi familia, pero quiero volver en una democracia libre, con todas las garantías", ha defendido.

"Enorme fracaso de la derecha y la ultraderecha"

Con respecto a la ruptura de las negociaciones entre los gobiernos catalán y español y a la posibilidad de que el presidente Pedro Sánchez convoque elecciones si no se aprueban los presupuestos, Puigdemont ha defendido el diálogo y ha criticado que el ejecutivo socialista haya "disuelto" el principio de acuerdo por presiones. Sin embargo, le ha pedido que rectifique ante el "enorme fracaso de la derecha y la ultraderecha" en la manifestación del pasado domingo.

Según el líder de JxCat, se ha disipado la "amenaza" de que PP, Cs y Vox puedan formar gobierno en caso de nuevas elecciones españolas, a pesar de reconocer que si se produjera, una presidencia de Pablo Casado está "lejos de crear facilidades" para el diálogo porque "se caracteriza por llevar una bata de gasolina". "Si para invocar a un relator se ha organizado una crisis bestial, no me puedo imaginar el día que nos acabamos sentando en la mesa", ha afirmado Puigdemont, que sin embargo no ha dudado al defender de que su apuesta sigue siendo un referéndum pactado.