El profesor universitario en derecho constitucional Joaquín Urías ha publicado un artículo en el portal alemán Verfassungsblog, donde retrata la justicia española actual. Esta revista está especializada en analizar los conflictos políticos y sociales actuales de todo el mundo a través de perfiles y firmas consolidadas en la materia. El Verfassungsblog está adscrito a la Berlin Social Science Center, uno de los centros de ciencias sociales más importantes de Europa.

Con el título "España tiene un problema con su poder judicial", Urías sitúa el punto de partida en una cuestión de imagen pública de independencia e imparcialidad que le falla. Y lo argumenta con ejemplos que encuentra en las redes sociales donde "muchos jueces hacen declaraciones sobre política, a menudo mostrando su apoyo al partido de extrema derecha Vox." O bien "en los medios de comunicación, es normal que los jueces ataquen el feminismo como ideología o insulten a los parlamentarios de izquierda".

Por todo ello, Urías concluye que las visiones políticas de los jueces "determinan a menudo y claramente sus posiciones legales en contradicción con los mandatos de la constitución, especialmente con respecto al ejercicio de los derechos civiles". Carles Puigdemont o Toni Comín ya se han hecho eco del artículo a través de Twitter.

El catedrático se centra en dos aspectos que han restado credibilidad a la justicia española: "La forma en que se designan los jueces del Tribunal Supremo", de la qual lamenta la falta de independencia política y la designación desde órganos como el Parlamento o el propio gobierno. Para Urías eso es una anomalía que no se da en los países avanzados de Europa y por todo ello fomenta "el clientelismo". Y señala que todavía a día de hoy, algunos juristas "fueron designados con Franco, a pesar de ser una minoría, pero el sistema de selección sigue siendo el mismo".

La segunda línea con que trabaja Urías es "el conservadurismo" de este órgano, que ya viene marcado por "unos estudios que no son accesibles para todo el mundo". Por todo ello, y añadiendo el proceso de independencia de Catalunya, el catedrático asegura que estos problemas se han puesto sobre la mesa y han ido a más.