Los calls de Girona, Besalú, Castelló d'Empúries, y Tortosa se han separado de los españoles y no participarán a partir de ahora de la Red de Juderías de España, sino que harán la divulgación del patrimonio judío con una herramienta propia. Los ayuntamientos de Girona, Besalú y Castelló d'Empúries ya han tomado la decisión, próximamente también lo hará Tortosa, y está previsto que en el futuro se añada Barcelona. La decisión se tiene que aprobar en un pleno municipal.

En el trasfondo de la ruptura hay que en la red española las juderías se interpretan cada vez más desde un punto de vista turístico, mientras que en Catalunya hay una visión más ligada a la investigación y al conocimiento. A todo eso se ha añadido una tendencia a la centralización de la Red, que las juderías catalanas no aceptan.

La separación de las juderías catalanas ha tenido resonancia internacional, y han hablado de ello el diario norteamericano The New York Times y el israelí Haaretz, relacionándolo con el procés independentista.

La historia de las juderías es muy antigua. El III Concilio de Letrán de 1179 dictaminó que los judíos tenían que vivir en sus barrios y a partir de aquí se crearon los calls o juderías, que forman parte de la estructura medieval de las ciudades. Los calls en Catalunya tenían una cierta autonomía de funcionamiento, pagaban impuestos y dependían directamente de la Corona.

El nombre catalán de call proviene de la palabra hebrea kahal, que significa grupo o comunidad. En español se usa la palabra judería, mientras que en Venecia apareció la expresión gueto. Proveniente del dialectal veneciano borguetto (pequeña ciudad), la palabra se convirtió muy pronto en guetto, y ha acabado transformando su significado inicial como sinónimo de judería, para designar desde el siglo XX toda segregación y concentración de un grupo étnico o social diferenciado.

En la edad media aparecieron en los calls de Catalunya tres grandes escuelas talmúdicas (de tradiciones e interpretaciones rabínicas) en Girona, Barcelona y Perpinyà. Girona tuvo también un importante centro de Cábala, por influencia de las ideas del narbonense Isaac el Cec.