El alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha intervenido finalmente en la crisis de Ceuta. Borrell, que es el único aliado internacional que tiene España en el contencioso ante la evidencia de que EE.UU. no se moja contra Marruecos, ha mantenido una conversación con el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita.

Borrell ha transmitido al ministro marroquí la intención de la UE de abordar conjuntamente la situación de Ceuta.

En un contacto para hacer seguimiento de la crisis política en la ciudad autónoma, que ha calificado "honesto", el jefe de la diplomacia ha insistido en la necesidad de preservar la relación entre la UE y Marruecos "construida a lo largo de los años".

"El objetivo es abordar de manera conjunta los desafíos a los que nos enfrentamos y encontrar una solución para superar las tensiones actuales", ha defendido Borrell, manteniendo un tono conciliador con Rabat.

En las últimas horas, Bruselas ha mantenido varios contactos con el reino alauí. En una llamada anterior, el comisario de Ampliación, Oliver Varhelyi, recibió la garantía de las autoridades del Marruecos de controlar el paso de personas en Ceuta, después de la llegada masiva de migrantes registrada a principios de semana.

Borrell defiende la tesis española de que Ceuta y Melilla son fronteras de Europa, e impulsa este criterio en el seno de la UE. En cambio, el departamento de Estado de EE.UU. indicó ayer que la crisis de Ceuta es un problema interno hispano-marroquí. EE.UU. no quieren presionar excesivamente a Marruecos, porque este país ha contribuido a conseguir un acuerdo de paz en el conflicto entre Hamás e Israel, y representa un factor de estabilidad en el mundo árabe.