La vida de Jordi Pujol no corre peligro si no hay complicaciones y habrá que esperar 24-48 horas para comprobar posibles secuelas neurológicas después de haber sufrido un ictus isquémico. Así lo ha confirmado el equipo médico que lo ha atendido en el hospital Sant Pau de Barcelona, en una comparecencia. Pujol detectó dificultades para hablar este lunes por la mañana y por la tarde ingresó en Sant Pau, procedente del Hospital de Barcelona. Después de comprobar la obstrucción, se le hizo un tratamiento endovascular con un cateterismo por vía femoral. Este trombo se eliminó por aspiración y se comprobó el buen flujo de la arteria obstruida. Horas después de esta intervención sigue ingresado en observación, consciente pero con sedantes, y ha podido hablar. Según los médicos, podría estar ingresado 3 y 7 días más y se tendrá que esperar como mínimo 24 horas para poder valorar posibles secuelas del ictus.

Las secuelas, la gran incógnita

Según ha explicado el doctor Alberto Lleó, director del Servicio de Neurología, de momento no todavía podido hacer una "evaluación adecuada del lenguaje" al president Pujol, aunque se prevé que se lleve a cabo en las próximas horas "cuando su nivel de conciencia sea más estable". Con todo, ha insistido en que ahora mismo no existe un "riesgo vital" en ausencia de complicaciones, añadiendo que la principal incógnita es si sufrirá o no secuelas de tipo neurológico. Con respecto al doctor Joan Martí-Fàbregas, ningún clínico del Servicio de Neurología de Sant Pau, ha apuntado que Pujol está acompañado de la familia y los hijos, que han podido estar con él y a quienes "reconoce" a pesar de los fármacos.

El doctor ha señalado que el ictus no deja de ser una emergencia tratable y que en el caso que los ocupa "se pudo diagnosticar con bastante tiempo para administrar alguno de los tratamientos". Con respecto al tiempo de ingreso de Pujol, Martí-Fàbregas, ha admitido que dependerá de su evolución y de sí se tienen que hacer más pruebas. También de sí responde adecuadamente a los tratamientos. "Orientativamente, podrían ser entre tres y siete", ha detallado.

 

Una intervención con riesgos

El president Pujol ingresó en las urgencias por evaluación y tratamiento de un ictus. A su llegada, de acuerdo con el protocolo hospitalario, se le hizo un TC craneal que detectó la presencia de una obstrucción de un segmento intracraneal de la arteria cerebral. Después de valorar el caso de forma multidisciplinar, dado que los síntomas persistían y de acuerdo con la familia, se decidió hacer un tratamiento endovascular. Concretamente, se llevó a cabo una trombectomía mecánica mediante cateterismo vía femoral.

El doctor Martí-Fàbrega ha tildado este procedimiento de "exitoso", remarcando que creen que Pujol podrá recuperar "todo o parte del déficit de lenguaje". Sin embargo, también ha admitido que el procedimiento por el cual se optó tenía un cierto "riesgo", sobre todo por las posibles complicaciones en pacientes "frágiles".

"El riesgo es la edad, pero cada vez hay más personas de 80 y 90 años con un buen estado funcional y cognitivo", ha recordado, destacando que muchos enfermos de la edad del president "no serían candidatos" en este tipo de intervenciones.