Atención, trompetas y tambores. Nos llega la campaña mediática de Rajoy por tierra, mar y Godó. Que parece que dicen que, tal vez, –hey, tampoco es seguro– perdonarán las deudas de todas las comunidades autónomas con el Estado y que hasta el año 2025, el gobierno de España proyecta invertir 4.000 millones en Rodalies de Catalunya. En realidad es una noticia muy antigua, del 2007, calcada, idéntica, de cuando Zapatero prometió estos mismos 4.000 millones a Rodalies Catalunya hasta el año 2015, pero que los de Godó quieren hacer pasar por nueva. La empresa Godó nos ha bombardeado desde que salió el sol. Por la mañana, en RAC1, entrevista al ministro de Fomento, don Íñigo de la Serna, para que venda fresco el pescado congelado. Por la noche, en 8tv, Josep Cuní entrevistará a Soraya Sáenz de Santamaría como si fuera Liz Taylor vestida de Cleopatra (así nos la presenta la publicidad de la cadena) y nos dé otra dosis de congelado. Y mientras tanto, La Vanguardia, fiel al auténtico origen de su nombre (el Ave en Guardia, siempre atenta a la aparición de carroña), proclama a los cuatro vientos las palabras del presidente Rajoy en la entrevista que recoge Màrius Carol.

Para hacer buen periodismo, el que busca la noticia, hay que huir tanto de la mentira como de la falsa, imposible, objetividad. Hoy, en la famosa conferencia que Rajoy nos ha dado en Barcelona para anunciarnos la promesa de inversión, no había casi ningún empresario catalán del Ibex 35 y, en cambio, destacaban los periodistas unionistas Xavier Vidal-Folch, de El País, Enric Hernàndez y Joan Tàpia, de El Periódico y el citado Màrius Carol. La prensa de papel de nuestra ciudad, que presume de independiente y de estar al servicio de los lectores, hoy ha estado a la altura de sus convicciones éticas, morales y etcétera. Con un etcétera muy subido, que quiere hacer mediterráneo el corredor del Henares y creíble lo increíble, se atreve a aplaudir al único presidente que ha osado presentarse, en foto, ante la industriosa Catalunya, con las manos en los bolsillos. El único gobernante que cita como referente literario de Barcelona La Catedral del Mar sin que nadie se mee de risa. Al que se le pide, servilmente, una mayor presencia en la ciudad como si este previsible gobernante tuviera alguna estrategia que no sea la indolencia. Que no sea dejar pudrir los problemas.

Gran clase de periodismo. El Ave en guardia espera calmosa la aparición de carroña que más tarde devorará. No es una práctica nueva. Cuando asesinaron al archiduque Francisco Fernando en Sarajevo en 1914, desencadenando la Primera Guerra Mundial, el Ave en guardia decidió no dar la noticia en portada. En portada no, en portada jamás porque hubieran perdido todo aquel dinerito que sacaban con la muerte, concretamente con las esquelas de los muertos.