El director para la defensa de los derechos humanos en Europa de Human Rights Watch (HRW), Philippe Dam, ve "muy preocupante" que el PP se alíe con líderes como el primer ministro de Hungría, el ultra Viktor Orbán. Según asegura Dam en una entrevista a la ACN, el partido español "ha fracasado" a la hora de "cumplir con sus principios" y enviar un mensaje "claro" a Orbán, que está "abiertamente declarando sus objetivos de desmantelar la democracia". "¿Qué significa eso para su apoyo a una Europa basada en los derechos humanos y el estado de derecho?", se pregunta el experto, que lamenta que los populares españoles no dieran apoyo el miércoles a la moción de la Eurocámara que pedía activar el procedimiento para sancionar Budapest a raíz de su deriva antidemocrática. La mayoría de eurodiputados de otros estados, recuerda, votaron a favor de activar el artículo 7, también algunos del grupo del Partido Popular Europeo -donde se integran el Fidesz de Orbán y el PP- como los de Alemania, Portugal, Irlanda o los países nórdicos.

"Este, desgraciadamente, no fue el caso de dos grandes delegaciones del centre-dreta: Forza Itàlia y el Partido Popular", añade el experto. De los eurodiputados del PP que votaron, siete se abstuvieron y tres votaron en contra de castigar Orbán para erosionar la democracia. En este sentido, Dam espera que en las próximas semanas y meses rectifiquen.

El experto también se muestra preocupado por el hecho de que "desde el 2010 la Comisión Europea no haya estado dispuesta" a activar este proceso de castigo contra Hungría, como sí que lo hizo hace unos meses en el caso de Polonia. Hay que recordar que mientras el gobierno polaco está controlado por el partido de extrema derecha Ley y Justicia, el húngaro está en manos de Fidesz, partido integrado dentro del Partido Popular Europeo, la principal bastante política en la Unión Europea en estos momentos y también el partido de Jean-Claude Juncker, presidente del ejecutivo comunitario.

"El motivo de la lentitud de la CE ha sido la proximidad del partido de Orbán a los partidos de centre-dreta dominantes en Europa", argumenta. Según él, para el ejecutivo europeo era "muy incómodo" utilizar un mecanismo pensado para actuar "contra regímenes antidemocráticos" para frenar "en uno de sus aliados políticos". Por el contrario, HRW valora positivamente que el Parlamento Europeo, como representante de los ciudadanos, "haya ido un paso más allá" activando el artículo 7 contra Hungría. "Es un símbolo importante", asegura. Sin embargo, recuerda que son las dos instituciones, la Eurocámara y la CE, las que "tienen la responsabilidad de garantizar los derechos establecidos en los tratados europeos".

Dudas sobre la eficacia del artículo 7

Aunque Dam cree que es importante iniciar este procedimiento contra Hungría porque muestra a otros países que "hay una línea roja que no se puede traspasar", se muestra escéptico sobre la eficacia última del mecanismo sancionador.

Según él, el hecho de que haya más de un país sometido a este proceso "hace más difícil" que se pueda aplicar porque, para hacerlo, hace falta la unanimidad de todo el bloque|bloc europeo, un escenario complicado.

Después de la votación en la Eurocámara Polonia mostró rápidamente su apoyo a Orbán asegurando que no darían apoyo a la suspensión de sus derechos de voto en la UE. "Para entrar en la UE tienes que respetar los derechos humanos y el estado de derecho, pero en la configuración actual no es posible echar a un estado", reflexiona.

Por eso, cree Dam, hay que explorar "otras vías" para penalizar la violación de los derechos humanos en la UE. "El acceso a los fondos europeos se tendría que vincular, en parte, al respecto del estado de derecho", asegura.

De hecho, esta es una propuesta de la CE para los próximos presupuestos plurianuales de la UE y que actualmente están discutiendo las cancillerías europeas. "Para formar parte de la familia europea hay que respetar sus valores", opina.

Migración y auge de la extrema derecha

Vinculado a los casos de Polonia y Hungría, HRW también está inquieta por|para el auge de la extrema derecha en la UE. Pero no sólo por su entrada en gobiernos como el de Italia o Austria, sino también por su creciente "capacidad de influir negativamente en el debate político", como por ejemplo a Francia y Alemania.

"Eso pasa en parte porque los partidos tradicionales han preferido imitar los argumentos de la extrema derecha y los populistas", critica. Así, Dam está preocupado por "ver partido de centre-dreta y centro-izquierda" que aceptan que "la ideología de extrema derecha puede ser central" en sus países.

Sobre la centralidad de la cuestión migratoria en la política europea, Dam señala que "el problema de la migración se utiliza como excusa para violar derechos y cambiar leyes" pero que el objetivo final, según él, es en realidad "silenciar oponentes y críticos" y el ejemplo es, precisamente Hungría. Lamenta también que figuras como el ministro del interior italiano Matteo Salvini "criminalicen" la tarea de las ONGs y que la Comisión no haya levantado más la voz delante de eso.

De hecho, Dam considera que la Comisión Europea está dando una respuesta cada vez más "represiva" a la migración, intentando disuadir los movimientos secundarios dentro de la UE: es decir, que los inmigrantes no vayan de un país a otro disfrutando del espacio Schengen.

"La solución al problema sería crear alternativas a los movimientos secundarios para que se queden al país donde se encuentran", asegura. Al mismo tiempo, sin embargo, Dam afirma que "no se puede esperar que los países de llegada puedan gestionarlo con la rigidez del sistema de Dublín". En este sentido, reclama un sistema "basando en incentivos, en términos de sanciones, y de más solidaridad, en vez de cerrar fronteras."

Libertad de expresión

Por lo que respecta a la libertad de expresión en la Unión Europea, el experto recuerda que "es importante que los políticos europeos tanto al poder como a la oposición se abstengan de criticar tribunales, medios y oponentes independientes cuando expresan ideas contrarias a las suyas". "Es peligroso en un debate democrático ver líderes políticos que se tendrían que respetar las normas de la pluralidad, atacando medios o tribunales o grupos independientes porque simplemente tienen opiniones diferentes," afirma.