La amnistía se ha hecho esperar. Mientras el candidato Pedro Sánchez se desgañitaba explicando una y otra vez la alianza entre PP y Vox y desgranaba los ejes de sus propuestas, desde los escaños de la oposición se iban alzando voces de "amnistía". No para reclamar la medida, sino para exigir que diera explicaciones. Aunque la de esta mañana no ha sido una sesión especialmente tensa, dentro del hemiciclo el feedback es constante y el discurso del candidato ha recibido de los escaños de la oposición los habituales comentarios: "cínico", "mentira", "sinvergüenza"...

"¡Un poco de seriedad!", ha reclamado la presidenta del Congreso, Francina Armengol. "Eso, eso...", ha contestado un diputado de la derecha entre risas y mientras Sánchez advertía: "Se les hará muy larga mi intervención". Y no le faltaba razón, porque el discurso del candidato ha tenido una evolución irregular, incluso con cierto tedio. "Ha habido momentos en que me dormía", confesaba un exdiputado catalán que ha seguido el discurso desde la tribuna de invitados.

Garantizar la unidad de España

Quizás por eso, Sánchez ha retenido el elefante tanto como ha podido, mientras en los escaños de la oposición los diputados se removían inquietos. También en la tribuna de prensa. "¿Todavía no ha hablado de amnistía, verdad?", pregunta una plumilla madrileña al cabo de 47 minutos de parlamento. En el espacio reservado a la prensa, en lo que vendría a ser el gallinero del hemiciclo, los comentarios y las ironías tampoco no se detienen, y no discrepan mucho de los que se escuchan abajo.

Finalmente, con una hora y 17 minutos de intervención, Sánchez empieza a entrar en materia. La agenda del reencuentro. El reencuentro consiste en buscar la propuesta para "garantizar" la unidad de España. El candidato ha reprochado que el PP intentó la vía del enfrentamiento, y que la del PSOE es la del "diálogo, perdón y entendimiento". "Hemos priorizado el reencuentro a la venganza, la unidad a la ruptura", ha remachado. Y ha concluido que la fórmula está funcionando y que "la convivencia ha vuelto a las calles", lo cual ha provocado una nueva reacción irónica de los diputados. "Estaban pendientes de este bloque de mi intervención, pero ahora no me dejan hablar", ha respondido al candidato. Mientras intervenía Sánchez, en el exterior había un dispositivo propio de un partido de alto riesgo en el Bernabéu, con 1.600 agentes, que han tenido que parar a un centenar de personas que, según algunas estimaciones, se han manifestado en la calle.

Amnistía como perdón

Sánchez ha defendido su propuesta por el diálogo, que ha contrastado con la crisis institucional detonada por el PP con el procés, y finalmente, tras una hora y 25 minutos lo ha dicho: "Por eso concederemos una amnistía a las personas encausadas". Ante las protestas de los escaños de la oposición, ha explicado la amnistía como un perdón y ha asegurado que es perfectamente legal y de acuerdo con la Constitución". "¡Mentira!", se ha escuchado de nuevo, mientras Sánchez insistía en que el PP ha concedido 1.400 indultos en un dia e indultaron a miembros de Terra Lliure acusados de terrorismo.

La amnistía "se aprobará con luces y taquígrafos" y beneficiará a líderes independentistas y "ciudadanos que se vieron arrastrados por el procés, incluidos policías", ha explicado el candidato. Desde los escaños de ERC y los de Junts, Gabriel Rufián y Míriam Nogueras, seguían el pleno con ademán serio. La alusión al perdón ha provocado un evidente malestar en las filas de Junts.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha evitado sumarse a las gesticulaciones de los escaños de la derecha, tomando notas constantemente, con la portavoz Cuca Gamarra en el lado y, detrás, un Esteban González Pons hiperactivo.

Por el contrario, los escaños socialistas no han parado de apoyar a su líder con aplauso, a los cuales se ha añadido Sumar, con Yolanda Díaz al frente, en un apoyo en que ha contrastado a las dos ministras de Podemos, Irene Montero e Ione Belarra, que han evitado sumarse sumergiéndose, en una intensa actividad con el móvil.

"Yo creo en España, en nuestros ciudadanos, en el gran potencial de nuestro país. España es un país formidable", ha proclamado Sánchez, para cerrar un discurso que no ha llegado a las dos horas. "Exacto, ustedes son formidables", remachaba un veterano de la tribuna de prensa, evocando con sarcasmo un programa radiofónico del siglo pasado. A las tres ha llegado la hora del líder de la oposición.