Del "no es no" a la abstención del PSOE han pasado diez meses de confrontación entre los dos grandes partidos del Estado. Pero si una goma une con fuerza al Partido Popular y a los socialistas, esa es España. "Señor Rajoy, usted no nos gusta como presidente porque no nos gustan sus políticas, pero sí nos gusta este país", ha dicho el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, encargado del turno de réplica por el Grupo Socialista. Mariano Rajoy, a su vez, le ha devuelto el guante: "Yo tengo más que ver con usted, que con los que quieren romper España". Es decir, que todo por la patria.

Hernando subía a la tribuna con el descrédito de quien defendió la negativa y ahora continúa como portavoz de un partido obligado a dejar pasar su histórico rival –y con rumores de traición hacia su persona–. Por eso, no le aplaudirían minutos más tarde ni la cabeza de lista del PSC Meritxell Batet, ni el antiguo secretario de organización, César Luena, pero sí el exsecretario general, Pedro Sánchez. Sánchez rectificaba, tras saludarlo fríamente este martes, captado por las cámaras. Y es que estos, junto con Luena y Hernando, son amigos personales desde la juventud. La abstención del PSOE no sólo golpea a políticos, sino a personas.

Pero el debate no iba de emociones personales, sino de salir del bloqueo. Aquí el socialista ha reivindicado el papel del PSOE para evitar elecciones y ha lamentado la disyuntiva que el resto de grupos, que habrían empujado a Ferraz a este camino, sin alternativa. "No podemos permitir que los problemas de los ciudadanos estén bloqueados por el egoísmo de ningún partido", ha dicho, en alusión a ellos mismos, y también a Podemos. "Los que van de héroes de la izquierda, tenían aversión a que un socialista encabezara el gobierno", les ha dicho. La fracasada investidura de Sánchez no se ha curado para los socialistas.

Así y todo, un PSOE roto trataba de reponerse sobre la marcha para ejercer de líder de la oposición. "El año transcurrido ha sido la prolongación de sus políticas: copago, enfermos, lista de espera, reválidas, recortes (...) sin ningún otro recurso que los tribunales". Es decir, que España asume que se ha acabado el poder de la fuerza más votada y llega la democracia parlamentaria de facto. "Las mayorías absolutas se han marchado para no volver", ha afirmado Hernando, apelando a su papel para corregir las políticas del PP y amortiguar sus "daños", además de "coaccionar" al nuevo Ejecutivo.

Con 137 diputados, la minoría de Rajoy es una debilidad para el Ejecutivo que permitirá al Congreso recuperar el control tras cuatro años. "La investidura la tendrá el sábado. La gobernabilidad tratará de buscar acuerdos en la cámara, y la estabilidad dependerá de no quedarse solo frente a todos", tres puntos, por este orden. Pero Hernando cree que la debilidad es también inherente a su persona: "Tendrá que dejar de ser Rajoy; abrirse al diálogo, discutir, pactar", ha indicado. Y le ha lanzado una amenaza en cuanto a los presupuestos del 2017: "Si son los que usted ha traído a la cámara durante cuatro años, no los aprobaremos".

Es para alcanzar este tipo de grandes pactos de Estado, donde Rajoy ha afirmado que PP y PSOE se parecían más entre ellos, que con el independentismo. Lo ha ejemplarizado por todas las veces en que se habrían dado apoyo, como por ejemplo, la modificación del techo de déficit en 2011. Eso ha encendido al portavoz socialista, quien ha replicado con una batería de "nosotros no somos como usted... nosotros no somos como usted", citando algunos ejemplos. Parecerse al PP es la peor pesadilla en Ferraz, pero Rajoy les ha desafiado: "No se sebe demonizar al adversario".

Catalunya, subcomisión en el Congreso

A pesar de los rumores sobre que tenía un pacto cocinado con ERC, PDC, PNV y Podemos, los socialistas han recordado que no se podía gobernar "con los que quieren romper España". Hernando ha propuesto la creación de una subcomisión parlamentaria para abordar la cuestión territorial. Al respecto, Rajoy no ha dejado la oferta clara: "Reflexionamos de la España que queremos, pero con con respeto a la ley". A eso, ha añadido: "No tengo ahora suficientemente claro el foro donde se puede celebrar este diálogo", el presidente del PP se ha visto obligado a improvisar para no comprometerse.

Ahora bien, si una cosa tiene clara Rajoy, es que no permitirá el referéndum. "Nos propusieron un contrato de adhesión", ha dicho sobre las peticiones del president Carles Puigdemont.

Reformar la Constitución

El PSOE ha sorprendido por la propuesta de reformar el artículo 99 de la Constitución. "Pido que se acote este punto para que gobierne con mayoría el más votado. Para que no se vuelva a producir una situación parecida de ingobernabilidad. Queremos cambiar el papel del Senado, de la legislación electoral", ha indicado. Modificar la Carta Magna es una propuesta que el Rey puso encima de la mesa durante la rondas de consultas y que planea como una posibilidad real de producirse a término durante la legislatura. Pero necesitará de los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, que, como siempre, defenderán la patria.