La consellera de Acció Exterior, Victòria Alsina, se ha reunido este jueves con la eurocomisaria de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira, en un encuentro que tiene que marcar "un punto de inflexión" en la relación entre el Govern y Bruselas. Y es que la última reunión del ejecutivo catalán con un alto cargo de la Comisión Europea a la capital belga fue el año 2015, cuando el president Artur Mas se reunió con la eurocomisaria de Transportes, Violeta Bulc. "Es un día importante", ha reconocido Alsina después de mantener el primer encuentro de este tipo con el ejecutivo comunitario después de casi siete años. En una rueda de prensa después del encuentro, la consellera ha defendido que los miembros de la CE tienen que poder reunirse "con normalidad" con el Govern.

"Para el Govern de Catalunya, mi reunión con la comisaria Ferreira rompe una tendencia", ha apuntado a la consellera, que ha insistido en el hecho de que el ejecutivo europeo "se tiene que reunir con la Generalitat en el marco de todos los proyectos y debates en los cuales podamos contribuir". "Los catalanes somos europeos y nadie puede decir que los catalanes independentistas son menos ciudadanos o menos europeos. El futuro de Catalunya pasa por Europa y el futuro de la UE también implica escuchar territorios como Catalunya", ha remarcado. En este sentido, ha señalado que "el gobierno catalán es un gobierno elegido democráticamente y, por lo tanto, la CE tiene que reunirse con nosotros con normalidad en el futuro".

 

La consellera ha formado parte de una delegación de representantes del Eurorregión Pirineos Mediterráneo (EPM), integrada por Catalunya, Balears y Occitània, que se ha reunido con la eurocomisaria Ferreira. El objetivo del encuentro era presentar el programa del EPM para los años 2021 y 2030, aunque también se ha trasladado "la inquietud particular de Catalunya con la gobernanza de los fondos europeos", tanto los Next Generation como los fondos de cohesión. "Hemos podido hablar de la preocupación que tenemos como gobierno de Catalunya que no haya un problema de ejecución y de plazos en estos dos fondos y que el gobierno de Pedro Sánchez apruebe pronto los acuerdos de asociación que nos permitan llevarlo a término", ha añadido

Con el Govern, no; con el PSC, sí

Ningú miembro del Govern se reunía en Bruselas con un alto cargo del ejecutivo comunitario desde 2015. En cambio, el actual líder del PSC en el Parlament y jefe de la oposición, Salvador Illa, sí que mantuvo una reunión a principios de noviembre de este año con varios eurocomisarios. Su antecesor, Miquel Iceta, también se reunió con miembros de la CE a la capital belga. Incluso Societat Civil Catalana y Ciudadanos se encontraron con el eurocomisario de Justicia, Didier Reynders, en una reunión que fue considerada lo bastante polémica. En una entrevista con ElNacional.catAlsina ya cargó contra esta situación. "No lo digo desde la resignación. Creemos en Europa, pero no nos resignamos a que Europa no nos escuche. Europa tiene que escuchar a los ciudadanos, al Govern y nuestras demandas", aseguró.

Tras las dificultades con que tropieza el Govern para acceder a los responsables políticos de la UE está la preeminencia en esta institución de las grandes familias políticas europeas, a las cuales pertenecen PP y PSOE. Por eso, no sorprende el hecho de que la indiferencia hacia Catalunya contraste con el acceso que sí consiguen otros dirigentes regionales y locales que forman parte de los dos grandes partidos españoles. Sólo esta última semana de enero, y más allá de la actividad del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, el presidente andaluz, Juan Moreno Bonilla, se ha reunido con la comisaria Ferrero y con la vicepresidenta y comisaria de Democracia y Demografía, Dubravka Suica. Bonilla no ha sido el único dirigente regional con agenda esta semana en Bruselas. También el presidente del consejo regional de la Bretaña, el socialista Loïg Chesnais-Girard, se ha reunido con el vicepresidente de la Comisión Frans Timmermans.

El año pasado, lo más parecido a un contacto entre las dos instituciones fue un encuentro telemático entre el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, y el secretario de Empresa de la Generalitat, Albert Castellanos, que fue recibido junto con el presidente de la Asamblea de Regiones de Europa (ARE), Magnus Berntsson, como representantes de este organismo regional. No hubo más contactos el 2021 entre la CE y el Govern de la Generalitat aunque tres responsables europeos visitaron Catalunya: Josep Borrell y el comisario Olivér Varhélvi, que estuvieron en Barcelona en noviembre, y el comisario Tierry Breton, que visitó la fábrica Reig Jofre de Sant Joan Despí, en marzo del 2021.

En cambio, en aquellos doce meses, se registraron 17 encuentros entre responsables de la Comisión y cargos españoles. La mitad fueron citas de comisarios con miembros del gobierno central, pero el resto fueron con presidentes autonómicos, como la madrileña Isabel Díaz Ayuso, el gallego Alberto Núñez Feijoo y el canario Víctor Torres. También se reunieron con comisarios la consejera cántabra Paula Fernández Viaña, portavoz del Parlamento gallego Ana Pontón, o el alcalde de Sevilla, Juan Espadas. Eso aparte del encuentro de los comisarios de Trabajo, Nicolás Schmit, y la comisaria de Salud, Stella Kyriakides, con el primer secretario del PSC durante una visita a Bruselas el mes de noviembre en que también se entrevistó con Borrell. Ante este vacío provocó especial eco la reunión del comisario de Justicia, Didier Reynders, mantuvo con Sociedad Civil Catalana el pasado mes de diciembre, que ha dado pie a una pregunta de Junts en el Parlamento Europeo.

En contraste con el silencio hacia Catalunya, durante aquellos doce meses se contabilizaron una cincuentena de reuniones entre comisarios europeos y políticos de diferentes regiones de la UE.