El Gobierno resta importancia a una grave trifulca protagonizada por siete agentes de la Policia Nacional en Barcelona durante la operación Copérnico para impedir el 1-O, según ha podido saber El Nacional. El ejecutivo de Mariano Rajoy, preguntado por escrito por el senador de Bildu, Jon Iñarritu, ha sostenido que las agresiones y destrozos realizados en un local del barrio barcelonés del Born el pasado mes de octubre fueron provocados por "la desaparición de un teléfono móvil".

El pasado 23 de octubre tuvo lugar un altercado en un bar del barrio del Born protagonizado por siete agentes de la Policia Nacional que se encontraban fuera de servicio. En esas fechas, miles de agentes seguían desplazados en Catalunya en el marco de la operación Copérnico —nombre que llevaba el dispositivo preparado por el Gobierno para parar el referéndum del 1-O.

Según expusieron las primeras informaciones, la trifulca empezó cuando los agentes confundieron unas palabras en italiano con el catalán, lo que desató un episodio de violencia contra clientes y camareros. Estos mismos hechos han sido rebajados ahora por el Gobierno, que atribuye las agresiones y desperfectos a la "desaparición de un teléfono móvil en el interior de un bar".

Según la respuesta del Ejecutivo al senador de Bildu, a la que ha tenido acceso El Nacional, tras el episodio violento los Mossos llegaron al lugar de los hechos y llamaron al teléfono desaparecido, que se encontraba "detrás de la barra".

Sin responsabilidades

El senador Iñarritu preguntó al Gobierno el pasado 21 febrero detalles sobre lo ocurrido en el bar barcelonés. En el texto se planteaban cuestiones como el número de agentes que participaron en la trifulca y detalles sobre una posible investigación e imposición de sanciones a estos agentes, cuestiones sobre las que el Ejecutivo no ha dado prácticamente detalles.

De hecho, en la respuesta no se dan detalles sobre la cantidad de agentes que había en el bar ni sobre el futuro de éstos y su responsable. Y por lo que se refiere a las responsabilidades, el Gobierno se limita a asegurar que se "ordenó información reservada" para decidir si se debían aplicar medidas disciplinarias.

Los hechos

Siete agentes de la Policía Nacional protagonizaron una pelea en un bar del barrio del Born de Barcelona la noche del 23 de octubre. Los propietarios llamaron a los Mossos denunciando una agresión y destrozos en el local, y cuando llegó la policía catalana descubrió que eran agentes de la Policía Nacional fuera de servicio. 

Según las primeras informaciones publicadas tras los hechos, dos de los agentes iban muy bebidos, gritaban, molestaban a otros clientes y trataban mal a los camareros.

Incluso llegaron a negarse a pagar las consumiciones, y después pidieron una última ronda. Según el encargado, Luca, cuando les dijo que no, que querían cerrar, la reacción fue airada. "¡Somos la puta ley aquí en Barcelona! ¡Cerráis y abrís cuando decimos nosotros!", dijeron.