El conseller de Economia i Hisenda, Jaume Giró, ha denunciado este viernes la represión y persecución política del Estado que se vive en Catalunya los últimos años a raíz del procés recordando los casos de Andreu Mas-Colell, Oriol Junqueras, los dos predecesores suyos en la conselleria de Economia, y el del presidente en el exilio, Carles Puigdemont.

Antes de acabar su discurso a la reunión del Cercle d'Economia, el conseller ha querido hacer referencia "a la profunda injusticia que se está cometiendo con los ciudadanos represaliados y perseguidos a causa del procés". El primero citado ha sido el presidente Puigdemont, de quien ha recordado que "está sufriendo un durísimo exilio, demasiado a menudo silenciado, y el resto de consellers exiliados o presos políticos".

A continuación, Giró también ha recordado la pena de prisión que sufre el líder de ERC y exvicepresidente y conseller de Economía del Gobierno, Oriol Junqueras, y al exconseller de Economía durante los gobiernos de Artur Mas, Andreu Mas-Colell, que estaba presente en la sala.

El acoso del Estado y el caso de Mas-Colell

Cogiendo el caso de Mas-Colell, acosado por el Tribunal de Cuentas español, Giró ha hecho una reflexión aprovechando la participación del economista Daron Acemoglu en las mismas Jornadas. Concretamente, el conseller ha citado El pasillo estrecho, una reflexión sobre el valor y la fragilidad de la libertad. En esta obra, Acemoglu muestra la facilidad con la cual los Estados pueden virar hacia el despotismo y la opresión y convertirse "en un Leviatán enfrentado a la sociedad a la cual tendrían que proteger".

En este sentido, Giró ha asegurado que este caso es muy parecido a lo que está pasando en Catalunya con el acoso por parte del Estado, "del cual están siendo víctimas un amplio grupo de ciudadanos", entre ellos Mas-Colell, a quien el tribunal de cuentas le reclama responsabilidades por la creación del Diplocat.

Es por eso que, como reflexión final, Giró, que proviene del mundo de la empresa privada, se ha preguntado que, si la situación actual de represión y persecución se mantiene, "quién querrá hacer política" y "qué tipo de democracia tendremos, si los ciudadanos cogemos miedo de participar en la vida pública". Él mismo ha dado las respuestas volviendo a citar Acemoglu asegurando que "la situación contraria al pasillo de la libertad es la carretera hacia la ruina".

Una ruina "política y moral" en la que se le sumará la "ruina económica", ya que una parte muy importante de la prosperidad, el bienestar y de la seguridad de un país "depende, críticamente, de la política y de la libertad".