"Para España, Gibraltar es español gane o pierda el Brexit". Con esta frase, el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha recuperado un viejo argumento del nacionalismo español: la reivindicación de Gibraltar como territorio de España. Desde 1713, momento en que se perdió la soberanía del territorio, varios monarcas y presidentes del Gobierno españoles han pretendido reconquistar el peñón sin éxito. La posibilidad del Brexit, que es la opción preferida por los británicos en las encuestas, ha reabierto otra vez el debate sobre la soberanía de Gibraltar, un territorio de ultramar británico estratégicamente situado en las puertas del Mediterráneo.

Gibraltar, una cesión de España

Se trata de una tesis que se remonta al siglo XVIII, con la firma del Tratado de Utrecht (1713) que puso fin a la Guerra de Sucesión Española. Entonces, el monarca español Felipe V acordó la paz con Gran Bretaña y cedió Gibraltar y Menorca, además de obtener varias ventajas en los flujos comerciales con los territorios españoles de América del Sur. Este acuerdo tuvo lugar justo después de que los británicos decidieran abandonar su compromiso con las instituciones catalanas, que se mantenían fieles a los Austria.

Desde aquellos tiempos, España ha intentado recuperar sin éxito el control sobre el peñón por vías diplomáticas y militares. A pesar de los diversos intentos fallidos -múltiples asedios en el siglo XVIII-, la defensa de la españolidad de Gibraltar no ha desaparecido del panorama político, especialmente en los sectores más reaccionarios de España.

Franco se obsesiona con el peñón

En plena Segunda Guerra Mundial, la situación estratégica de Gibraltar suscitó la gestación de nombre 'Operación Fénix', con la cual Francisco Franco quería recuperar el peñón. Para conseguirlo, el dictador necesitaba el apoyo de la Alemania nazi, que tenía capacidad militar para atacar Gibraltar.

El fracaso de la entrevista entre Franco y Hitler en Hendaya (Francia), por las exigencias territoriales del jefe de Estado español, impidieron que tal operación tuviera lugar. No obstante, la obcecación de la dictadura para obtener el control de Gibraltar perduró y, de hecho, apareció de nuevo pocos años más tarde.

En 1954, se produjo una protesta contra la visita de Isabel II al peñón, en el que se pudieron escuchar gritos de "¡Gibraltar, español!". De una de estas manifestaciones sale la anécdota entre el entonces ministro de Asuntos Exteriores español, Ramón Serrano Súñez, y el embajador británico en Madrid: el ministro preguntó al embajador si quería a más policía para proteger la embajada, en lo que el embajador le respondió: "No, mejor enviadme a menos manifestantes", dejando entrever el apoyo del franquismo a las tesis de los asistentes a la manifestación.

El régimen de Franco llegó a poner "Gibraltar español" en muchos pueblos y llegó a emitir un sello del peñón, hechos con los que puede ver la obsesión del gobierno dictatorial con la cuestión.

El régimen aísla Gibraltar

El 8 de junio de 1969, Franco decide unilateralmente cerrar todas las comunicaciones de España con Gibraltar, incluidas las de peatones y vehículos. La principal razón del dictador español fue la violación del espacio aéreo español de los aviones que aterrizaban en el Aeropuerto de Gibraltar, situado justo en la frontera entre España y el Reino Unido. El régimen autoritario estaba molesto por el enorme rechazo de los gibraltareños a formar parte de España en el Referéndum sobre la soberanía de Gibraltar de 1967, en qué la opción del Gibraltar español recibió sólo 44 de 12.672 votos. 

El aislamiento de Gibraltar perduró hasta después de la muerte del dictador y después de los primeros gobiernos de Adolfo Suárez. El bloqueo para los peatones acabó justo con la llegada del socialista Felipe González, después de 13 años de política hostil por parte del Gobierno español.

Y en democracia, se mantiene el debate

Después de varios avances en el restablecimiento de las relaciones entre España y Gibraltar, el año 2002 se anunció un acuerdo británico-español por el cual se proponía una soberanía compartida. Hasta hoy, ha estado el momento en que España ha estado más cerca de conseguir el control sobre el peñón.

La propuesta no gustó nada ni al Gobierno autónomo ni a la población de Gibraltar que, preguntada en referéndum, volvió a rechazar masivamente la opción de la soberanía española. ¿A la pregunta "Aprueba usted el principio que Gran Bretaña y España tengan que compartir la soberanía sobre Gibraltar?", un 98,48% de los ciudadanos votaron 'no'. 

Desde entonces, el Reino Unido se niega a discutir la soberanía del territorio de ultramar sin el consentimiento y la aprobación de los gibraltareños, pero España no ha dejado de acudir a las Naciones Unidas para reclamar su soberanía.

El último episodio fue el pasado miércoles, cuando el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, pidió "poner fin a la situación colonial de Gibraltar", en una sesión ordinaria del Comité de los 24, encargado de controlar los procesos de descolonización. En todo eso, la visita al peñón del primer ministro británico, David Cameron, ha provocado la recuperación del espíritu de reconquista española de Gibraltar en el presidente Rajoy. Por enésima vez.